Terapias con enfoque gestáltico en el servicio social en enfermería y su influencia en la identidad profesional. Año 2. Número 4
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Autora: Sandra García Ruiz.
Resumen
Al ser el Servicio Social (SS) un año obligatorio en la formación del pasante, se desea saber si la terapia con enfoque gestáltico repercute en la Identidad Profesional (IP). Se valoró el impacto de la autopercepción, de la automotivación y de las emociones en la IP, realizándose un estudio comparativo experimental con 75 pasantes de enfermería (grupo intervenido y grupo control). Se concluye que la terapia mejora la IP a través del manejo de las emociones y la autopercepción, no así la automotivación.
Palabras clave: Enfermería, identidad profesional, servicio social, terapia Gestalt.
Introducción
La identidad profesional (IP) es un proceso individual y selectivo de socialización donde el individuo forma su perfil laboral, es el autoconocimiento como enfermera (para el caso de este trabajo). Y es en este proceso de autopercepción donde influyen los valores y las creencias que orientan al profesional a pensar y actuar en beneficio de los pacientes (Ohlen y Segesten, 1988).
En la actualidad, y aunque en México se ha iniciado un proceso de profesionalización, existe preocupación en el personal de enfermería sobre si ésta es una profesión que cubre los requisitos para ser reconocida socialmente. Ya que de acuerdo con Solórzano, Rubio y Expósito (2009), una de las principales causas que ha limitado el desarrollo profesional en México así como en muchas partes del mundo es y ha sido la IP.
El servicio social (SS) es un tiempo académico obligatorio y sirve para lograr una adecuada identificación profesional. El estudiante paga su contribución a la sociedad y, al mismo tiempo a través de la aplicación de conocimientos y valores adquiridos, logra su reconocimiento por parte de la sociedad como nuevo profesionista (Narro, 2012).
Los que acuden al SS tienen que lidiar con las emociones propias y ajenas de pacientes y familiares, desafortunadamente los pasantes ingresan carentes de mecanismos que los ayuden a mantener una estabilidad emocional, por lo que es de gran importancia que durante su formación académica los alumnos obtengan los conocimientos, habilidades y actitudes para aprovechar todas las oportunidades que brinda el SS como etapa de entrenamiento, el cual es necesario para la experiencia laboral e integradora, que contribuye a dar forma a su IP y así lograr una identidad dentro del gremio de la enfermería.
Al revisar la literatura mexicana al respecto, la mayoría se enfoca en el análisis y la opinión de los autores sobre qué es la IP más que en la evaluación, entendiéndose ésta última, como la operación que se realiza dentro de la actividad educativa y que tiene como objetivo alcanzar el mejoramiento continuo de los sujetos involucrados (Castrillón, 2008). Por ejemplo, Ruvalcava-Coyaso, Uribe y Gutiérrez (2011) sostienen que el término de IP puede ajustarse a las características propias de la investigación que se realice porque estos términos son sólo aproximaciones al constructo de identidad.
Para que la persona se sienta en equilibrio, Firtz enfatiza que dentro de la terapia Gestalt, es importante que el individuo se dé cuenta de sí mismo para obtener su propio crecimiento y así lograr una identificación personal (Velásquez, 2001). Por este motivo consideramos que es probable que la terapia Gestalt pueda contribuir a la IP, sin embargo, luego de una búsqueda bibliográfica exhaustiva no se encontró evidencia de que esto ocurra entre el personal que realiza su SS en enfermería. Por ello se considera que existe un vacío en el conocimiento según el estado de arte del tema, y resolverlo ayudaría a enfocar a la terapia Gestalt como una probable forma de mejorar la IP de personas en formación.
Por lo anterior, este trabajo podría ser uno de los primeros estudios que se realiza en México con la intención de medir, con un diseño mixto, la presencia de la IP, antes y después de haber otorgado terapias con un enfoque gestáltico durante el ejercicio de las prácticas del SS en enfermería.
Para entender la situación profesional de la enfermería es necesario integrar algunos aspectos. El primero es el antecedente del origen de la enfermería. A Florence Nightingale, considerada como la madre de la enfermería moderna, se le debe el primer modelo conceptual, donde puntualiza que la enfermería debe basar sus cuidados estrictamente en las indicaciones médicas. Enfatiza que un buen enfermero es aquel que tiene la habilidad de mantener las emociones ocultas durante las horas de trabajo (Cano, 2004). Este principio pesa aún en la actualidad en el desempeño del profesional de enfermería. Este modelo empieza a ser cuestionado con el surgimiento de nuevas corrientes de pensamiento como la de Abraham Maslow, psicólogo humanista, que en su teoría motivacional afirma que “El ser consciente de los propios sentimientos, dar afecto, recibir afecto y ser sensible a las emociones de los otros y de uno mismo, así como sentirse feliz, son necesidades emocionales de todo ser humano” (López, 2001).
A partir de la visión de Maslow, se considera que por la naturaleza humanista de su profesión, la enfermera es un ser sensible que está expuesto a la vivencia de un cúmulo de emociones, la mayoría negativas. Por lo tanto, sentirse libre de expresar sus sentimientos utilizando sus propios recursos internos es tal vez el apoyo más importante que se le debe dar al futuro profesionista y así evitar la confusión en el actuar del profesional, ya que por una parte se le prepara para suprimir sus emociones y por otro lado tiene la posibilidad de expresarse libremente.
El segundo aspecto que tiene relevancia en este análisis es que la enfermería ha evolucionado y experimentado cambios, que van desde el conocimiento intuitivo, convirtiendo el cuidado en una vocación de ayuda y servicio, a un fundamento científico, sin olvidar la experiencia empírica que ha ido adquiriendo con el tiempo. Surgiendo entonces, una base teórica para la práctica de la enfermería moderna y su carácter profesional, sin lograr todavía una adecuada identificación ante la sociedad (Garrosa, Moreno, Rodríguez y Morante, 2005).
Hasta aquí hay dos elementos que influyen notablemente en el actuar del profesional: el manejo de las emociones y las bases teóricas–científicas de la enfermería.
Las conductas y actitudes dentro de un entorno laboral permiten formar una opinión de uno mismo y una imagen de lo que otros piensan, ya que la “autopercepción supone la observación de nuestro ser en un contexto determinado” (Bisquerra, 2003). Por lo tanto, si las emociones se encuentran estrechamente ligadas con la percepción de la realidad en cada individuo a través de los sentidos, la autopercepción que el pasante tenga puede influir bastante en el manejo adecuado de las emociones y en la identificación de su profesión.
Así mismo, las emociones, como un estado complejo del organismo, pueden ser influenciadas por la motivación. Esta última, no siempre consciente, ayuda a que la conducta de la persona se dirija hacia el logro de una meta. En el caso de la enfermería se ha percibido la ausencia de una motivación apropiada en el estudiante (Huang y Xiao, 2003). Por otra parte, la automotivación (motivación interna) no proviene de las circunstancias o de otras personas hacia uno mismo. Nuestra motivación depende de nuestra autoestima, de la valoración que tenemos de nosotros mismos como personas, de “como nos queremos” (Kuppers, 2005), es algo en que la enfermera debe trabajar cotidianamente para lograr una estabilidad y equilibrio con ella y su medio ambiente.
Según cifras de CNN Expansión (2012), en México el conjunto de enfermeras profesionales, técnicos y auxiliares asciende a más de 300 mil. Por lo tanto, y para que la enfermería sea reconocida como profesión y logre alcanzar el valor que le corresponde, es importante formar profesionales de alto nivel (Solórzano et al., 2009). Siendo esto un reto para las escuelas formadoras ya que de ello depende que la enfermería sea reconocida y valorada socialmente como una profesión formal, que brinda atención humanista con bases científicas para el cuidado del paciente.
De acuerdo con Silas (2012), los estudiantes al ingresar al SS frecuentemente tienen expectativas elevadas. Un elemento primordial para que estas expectativas se cumplan es contar con un entorno idóneo en donde se obtengan aptitudes y seguridad profesional en las áreas asistenciales, de enseñanza-investigación e inclusive administrativamente. El ambiente donde se desarrolle el estudiante debe ser apropiado para fortalecer la responsabilidad, el respeto y la vocación de servicio; lo que propiciará que el pasante consolide su compromiso individual, institucional y social. Se puede afirmar entonces que el SS es una etapa formativa importante para el fortalecimiento de las emociones, así como de la orientación adecuada y exitosa de la IP.
Desarrollo
El propósito del presente trabajo es conocer si las intervenciones terapéuticas con enfoque gestáltico otorgadas durante el periodo del SS modifican o no la percepción sobre la IP que los estudiantes de enfermería del Hospital General Tercer Milenio han adquirido antes de entrar en esta etapa de formación, a través de cuestionarios que evalúan la autopercepción, el manejo de emociones y la automotivación.
La investigación tuvo un diseño de tipo semi-experimental, mixto descriptivo, comparativo, longitudinal y prospectivo. El universo consistió en todos los pasantes de enfermería que ingresaron al Hospital General Tercer Milenio (HGTM) para realizar su SS, teniendo como unidad de análisis la IP de los becarios durante el periodo comprendido entre agosto de 2013 y julio de 2014, tomando en cuenta los resultados de los cuestionarios que se realizaron antes y después del SS.
El estudio cumple con los parámetros establecidos en el reglamento de la Ley General de Salud en el apartado de investigación (artículo 1 al 27), y está en acuerdo a la declaración de Helsinki (World Medical Association, 2013), por lo que no existió impedimento ético para la realización de esta investigación. A los participantes se les explicó el propósito del estudio y se les invitó a firmar una carta de consentimiento informado. La selección de la muestra fue intencional por conveniencia, obteniendo un total de 75 pasantes de enfermería divididos en dos grupos. El primer grupo se conformó con 39 pasantes (27 mujeres y 7 hombres con edad promedio de 18 años). De este grupo, 26 participantes tienen nivel técnico y 9 tienen licenciatura en enfermería. El Grupo 2 se constituyó por 36 pasantes (25 mujeres y 9 hombres con edad promedio de 18 años), con nivel académico técnico, 23 y 11 con licenciatura en enfermería. Se incluyeron a los pasantes de enfermería provenientes de las diferentes escuelas y universidades para realizar el SS en el HGTM durante el periodo mencionado.
El instrumento empleado para medir la IP consta de 15 reactivos con escala tipo liker adaptado del de Valenzuela (2013), que mide autopercepción, manejo de las emociones y automotivación, en cada dimensión se sumaron los puntajes y al ser igual o mayor a 17 se consideró “Bueno”, de 13 a 16: “Es necesario cierto desarrollo”, de 9 a 12: “Se requiere un gran esfuerzo” y de 8 o menos: “Queda mucho trabajo por hacer”. El cuestionario fue autoaplicado en ambos grupos de forma simultánea al iniciar y finalizar el SS.
El Grupo 1 fue manejado con el plan de trabajo de enseñanza tradicional en SS, al Grupo 2 se les aplicaron actividades grupales de sensibilización Gestalt, (movimiento, teatro, música, contacto con el cuerpo) en cursos- talleres, dos por mes con duración de dos horas, otorgadas por una persona capacitada en el tema y una psicóloga, existió una planeación previa que se fue adaptando al progreso de las actividades, después de cada sesión se solicitaba una retroalimentación de la experiencia que ayudaba a afinar las siguientes sesiones.
Para el análisis estadístico se utilizaron medidas de tendencia central como promedio, desviación estándar, mínimo y máximo para las variables cuantitativas y frecuencias simples, y porcentajes para las variables cualitativas. Se realizó el análisis de datos obtenidos utilizando los programas SPSS versión 20.0 y graficado en Microsoft Office Excel versión 2010. Se consideró significancia cuando p = ó< 0.05.
La relación entre autopercepción y el manejo de las emociones cambió a través del año del SS. Se aprecia que en el Grupo 1 hay una tendencia a empeorar el manejo de las emociones (p< 0.02). Esta diferencia estadísticamente significativa entre el ingreso al SS y su fin difiere del Grupo 2 (intervenido), donde el manejo de las emociones mejora de manera significativa, y por lo tanto indica que la intervención ofrecida al Grupo 2 fue asertiva (p < 0.001).
En cuanto a la automotivación en el Grupo 1, se afectó significativamente (p<0.003) cuando se comparan los resultados de antes y después del SS, lo cual implica que ésta disminuye en el transcurso del SS (tener menor entusiasmo) a diferencia del Grupo 2 donde de ser “buena” cambia a “es necesario cierto desarrollo”, sin que ello resulte ser estadísticamente significativo (p < 0.10). Esto último puede reflejar que el grupo intervenido tiene a darse mayores razones para mejorar su comportamiento, una vez que ya tuvieron la experiencia del SS o dado que son conscientes de la importancia en desarrollar su automotivación.
Del total de pasantes, en el Grupo 1, 20% revela que tiene una “buena” IP al inicio de su pasantía; 42% tiene una autopercepción “buena” y al final del SS sólo 9% de ellos manifiesta tener una “buena” IP y de ellos sólo 11% afirma tener una autopercepción “buena”. A diferencia del Grupo 2, donde la evaluación al inicio de su pasantía revela que 11% afirma tener IP y 18% una “buena” auto-percepción. Al final de su pasantía, 50% afirma tener IP y 70% posee una autopercepción buena. Sin embargo, en ninguno de los dos grupos se encontró una diferencia significativa antes y después de haber cursado el SS.
Lo anterior puede deberse a que la intervención no logra hacer una diferencia entre los grupos, que no fue lo suficientemente duradera, o que la imagen profesional de sí mismo requiere no sólo ser conceptualizada sino reforzada antes de llegar al SS. Como dato complementario, los conocimientos teóricos de enfermería no ejercieron una influencia determinante para cambiar la IP, es decir, aún cuando en este trabajo se nota que tienden a mejorar en los dos grupos, no reveló una influencia de manera estadísticamente significativa en el cambio de IP.
Esta investigación aporta que la autopercepción y el manejo de emociones cambia durante la experiencia del SS, pero no logra aclarar si consigue ejercer una influencia en la IP. Complementario a lo anterior, el método convencional de realización del SS parece afectar negativamente la automotivación de los pasantes de enfermería.
En este trabajo se ha hecho la comparación de dos grupos de pasantes. En uno de ellos se dio seguimiento convencional y a otro se le intervino con el propósito de mejorar la autopercepción y la automotivación durante su pasantía. Es importante resaltarlo por los atributos que la experiencia de la pasantía aporta, es decir, el medio ambiente (un Hospital General de segundo nivel, de referencia estatal con condiciones económicas y sociales muy particulares del centro del país y con un ambiente laboral) ejerce influencia en la experiencia de la autopercepción y la automotivación de los pasantes, la cual puede reforzar o debilitar la IP.
Finalmente, los cuestionarios que se utilizaron fueron validados para obtener una información cuantitativa de la IP. Aun así, se tiene consciencia de que la metodología es mejorable, toda vez que es la primera experiencia de esta índole y aunque la muestra de pasantes es pequeña y podría argumentarse como una limitante del estudio, no le resta validez a los hallazgos, ya que también se pretende estimular la inquietud para realizar estudios a mayor escala.
Conclusiones
Al término del SS se esperaría que el estudiante sienta satisfacción, autonomía, compromiso, responsabilidad y conciencia; porque es lo que le “dará” sentido a su vida, así como “por qué” y “para qué” estudió enfermería (Paredes, 2012). Como mencionó Castrillón (2008) en una conferencia presentada en la UNAM: “las enfermeras constituyen sujetos de cultura y afecto, educados para desempeñar su misión como actores sociales”. El desafío de los docentes es proveer información a los estudiantes y hacerla significativa para ellos, porque cuando algo adquiere sentido para nosotros procedemos a incorporarlo como parte de nosotros mismos, lo cual es la base del desarrollo de la IP.
Dado que el propósito del presente trabajo era conocer si la intervención con enfoque gestáltico durante el SS logra modificar la percepción sobre la IP en un grupo de estudiantes de enfermería (quienes supuestamente la han adquirido antes de entrar en esta etapa), se considera necesario que los estudiantes de enfermería tengan una base sólida en el manejo de las emociones desde temprana edad. En este sentido, es importante ayudar al educando a conocer la manera de reaccionar ante las diferentes circunstancias que se le presentan a través de su desarrollo académico personal.
De manera paralela entra la motivación, la cual servirá para que desarrollen una autopercepción positiva y su identidad personal. Esto último es de vital importancia pues todos los autores coinciden en que no es posible lograr una IP si no hay una identidad individual afianzada (durante la adolescencia y termina en la adultez), ya que la IP, en el caso que nos compete; es el autoconocimiento que representa cómo las enfermeras o los estudiantes de esta profesión perciben a la enfermería y cómo se perciben dentro de la misma. Por lo tanto, se plantea la necesidad de implementar un programa durante el SS para fortalecer en los estudiantes de enfermería la autopercepción y la automotivación que son fundamentales para el desarrollo y el crecimiento futuro de la profesión de enfermería.
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