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La evaluación de personas con sobredotación, una prioridad para el desarrollo de México. Año 7, Número 18

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Autor: Édgar Martín García Gordillo.

Docente de Posgrado en Universidad Valle del Grijalva (UVG),
Campus Comitán.

RESUMEN

Es un hecho indiscutible que las formas de evaluación de los conocimientos han cambiado, principalmente cuando ya se habla del modelo basado en competencias, quedándose atrás las antiguas concepciones meramente cuantitativas, donde las capacidades intelectuales se medían en dos únicas vertientes: lo lógico matemático y lo lingüístico, mientras aquellas personas que tendían a salirse de la media aritmética de la curva de Gauss eran consideradas como enfermas, con dificultades o problemas. Por ello en este trabajo se propondrá la necesaria priorización de la evaluación entre personas con sobredotación intelectual a favor del desarrollo nacional.

PALABRAS CLAVE: Evaluación, sobredotación, aprendizaje, ritmos, estilos, inteligencias múltiples, habilidades, destrezas, potencialidad, necesidades educativas, desarrollo integral, integración, tolerancia, equidad.

INTRODUCCIÓN

El cambio vertiginoso en este mundo globalizado, donde tenemos que convivir en espacios muy cercanos con marcadas diferencias en los ámbitos económico, educativo y social, hace necesario establecer un marco de respeto hacia las diferencias, la tolerancia y la equidad, en el que esta última sea la base que permita darle más a quien más lo necesite y se brinden los apoyos necesarios a las personas, de modo que puedan desarrollar las habilidades y las destrezas indispensables para desenvolverse en un mundo cambiante y, así, contribuyan al crecimiento del país. Para esto, se requiere que los distintos niveles de la sociedad –gobierno, padres de familia y maestros– utilicen formas de evaluación pertinentes y acordes a las exigencias sociales, de acuerdo con las cuales, dichas evaluaciones no sean únicamente mediciones o meras comparaciones entre los estándares preestablecidos, sino que más bien contribuyan a detectar las debilidades o fortalezas de los alumnos y permitan a los actores intervenir en consecuencia, por lo que la evaluación debe orientarse a explorar, valorar y coadyuvar al desarrollo de las potencialidades de cada estudiante, buscando las vías de desarrollo orientadas hacia su futuro.