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Culturas juveniles

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En términos generales, las culturas juveniles se concentran en diferentes grupos sociales y con determinadas expresiones y problemáticas, este actor social se hace presente a través de la música, la ropa, el peinado, el vocabulario, las modificaciones corporales y en general todo tipo de manifestaciones socioculturales que lo hace distintivo. Su localidad también es singular, ya que la urbanidad es uno de los espacios más usados por ellos. Las culturas juveniles son el resultado de procesos sociales y su representación es lo que hace a este sujeto tener una fuerte presencia en distintos terrenos.

Hablo de culturas juveniles en plural (y no de Cultura Juvenil en singular, que es el término más difundido en la literatura), para subrayar la heterogeneidad interna de las mismas. En este cambio terminológico implica también un cambio en la “manera de mirar” el problema, que transfiere el énfasis de la marginación a la identidad, de las apariencias a las estrategias, de lo espectacular a la vida cotidiana, de la delincuencia al ocio, de las imágenes a los actores (Feixa, Carles, 1998).

Ante tal concepto, podemos decir que las expresiones juveniles son una propuesta cultural, no son univocas, ni se clasifican por un solo sentido y por el contrario esta misma diferenciación por no comulgar con lo tradicional o lo impuesto socialmente, se vuelve a su vez masiva.

Las distintas voces juveniles permiten al sujeto ir adaptándose a lo que la historia mundial va dictando, los espacios de ocio, como el tianguis, la esquina, el centro comercial o una cafetería, permiten la reproducción de las modas que va dictando la juventud, como afirma Urteaga (2010); son espacios circunscritos que les posibilitan encontrarse e interactuar cara a cara con sus pares y/o semejantes; identificarse con determinados comportamientos.

La ropa, el peinado, los accesorios, son una estética que dialoga, comunica la diferencia entre generaciones, a su vez, reafirma una postura cultural de alternancia aspirando a ser identificados, en medio de una atmósfera cotidiana.

A partir de la pluralidad de estilos estéticos, este actor social, se bautizan con distintos nombres para marcar la diferencia entre ellos, los cuales van desde los hippies de 1960 hasta los punks de 1980, los dark, los urbanos, el grunge, el hip hop, los skates, los grafiteros de 1990, el hípster del nuevo siglo y más actualmente los youtubers y los gamers (sólo por mencionar algunos). Todos ellos dan muestra de los distintos momentos históricos a los que los jóvenes se han ido adaptando sin dejar de hacerse presentes, puesto que estos mismos estilos, se van heredando y adaptando y cada uno expresa tanto en su estilo, como en sus manifestaciones culturales el momento histórico que están viviendo.

Por Verónica Soledad Rodríguez Rivera.

Referencias:
Urteaga Castro Pozo, M. (2010). La construcción juvenil de la realidad. Jóvenes mexicanos contemporáneos. México: Ed. Casa Juan Pablos.

Feixa, C. (1998). El Relog de arena. México: Causa Joven, SEP.

Referencia de imagen:
https://alejandrongarrote.files.wordpress.com/2013/07/tribus-urbanas-full-100.jpg?w=510