<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=186146087706618&amp;noscript=1"> La inteligencia emocional en beneficio de la educación. Año 4. Número 10

La inteligencia emocional en beneficio de la educación. Año 4. Número 10

9 min de lectura

Autora: Leticia Durán Bejarano.

RESUMEN

En el presente artículo se aborda la manera de influir en el desarrollo de la inteligencia emocional de los niños, de modo que esta inteligencia repercuta en el aprendizaje del infante y fortalezca sus lazos con los padres y personas cercanas, tanto en el presente como en el futuro.

PALABRAS CLAVE: Educación, enseñanza, desarrollo, inteligencia emocional, coeficiente, padres, niño.

 

INTRODUCCIÓN

Los padres perfectos no existen, pero aquellos que se preocupan por forjar un mejor futuro para sus hijos son los que no se cansan de buscar nuevas alternativas para que sus niños se conviertan en adultos exitosos.

Es sabido que buena parte del aprendizaje inicial del niño proviene de los padres, de los tutores y de la familia. En el seno familiar inician y se desarrollan hábitos y habilidades que el menor fortalecerá fuera de su ámbito familiar, durante su aprendizaje escolar.

La inteligencia emocional (IE), por su parte, permite al individuo tener éxito con mayor facilidad. Un Coeficiente Emocional (CE) elevado tiene igual o mayor importancia que un coeficiente intelectual alto.

Una de las herramientas más importantes para la calidad en el aprendizaje es la Inteligencia Emocional (IE). Los padres y la familia son los encargados (aun sin ser conscientes de ello) del inicio y desarrollo de la IE.

Los niños que tienen la capacidad de expresar sus emociones de una manera adecuada son más felices, adquieren mayor confianza y tienen mayor éxito en la escuela, se puede inferir que un niño con CE alto será un adulto feliz, responsable y exitoso en el ámbito donde se desenvuelva.

El Coeficiente Intelectual (CI) se vincula con la carga genética; el CE no, éste se desarrolla a través de diferentes ejercicios y hábitos que el niño adquiere por medio de sus padres o tutores. El CE es más importante que el CI, el primero puede crecer y fortalecerse, el segundo está genéticamente determinado.

En el presente artículo se analizarán los factores que intervienen en el desarrollo de la IE para que los padres sepan qué hacer para que su hijo desarrolle un CE elevado, de esta manera el niño tendrá las herramientas básicas para poder aplicarlas en beneficio de una vida feliz y exitosa a corto y largo plazo.

 

DESARROLLO

Las emociones son parte de un impulso que provoca una acción. La palabra emoción viene del latín emotĭo que significa impulso o movimiento. El prefijo e refiere a una cosa. Por ello, desde el punto de vista semántico emoción significa movimiento hacia.

Salovey y Mayer (1990) fueron los primeros en proponer el término inteligencia emocional, indicaban que el CE es un subconjunto de “la inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propias así como los de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones” (Hernández y Dickinson, 2004).

La IE describe las cualidades emocionales fundamentales para el éxito: la empatía, la expresión y la comprensión de los sentimientos, el control del “genio”, la independencia, la capacidad de adaptación, la simpatía, la capacidad de resolver los problemas en forma interpersonal, la persistencia, la cordialidad, la amabilidad y el respeto.

De acuerdo con Goleman (2006), la IE es: “la capacidad del individuo de gobernarse a sí mismo, de controlar sus impulsos y pasiones, pues una emoción excesivamente intensa pone en riesgo la estabilidad y puede traer consecuencias nefastas”.

Por su parte, Mayer y Salovey (1997) hablan de la IE como: “la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud; la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional, y la habilidad para regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual”.

Estas habilidades de control emocional se pueden aprender y desarrollar, especialmente durante la infancia, cuando el cerebro está en adaptación continua.

Todos los niños son diferentes, algunos muestran comportamientos difíciles de manejar, por ello la importancia de enseñar disciplina, responsabilidad, sociabilidad y tolerancia.

Considérese que el cerebro realiza diferentes funciones en el sentido emocional y en la parte lógica, esta última responde al momento y con fuerza, alerta sobre el peligro incluso antes de determinar una situación. Los lóbulos prefrontales pueden frenar, propiciando un momento emocional, antes de responder al peligro de una situación.

Aunque los adultos reconocen las etapas del desarrollo físico de los niños, poco saben sobre los cambios en el desarrollo emocional. A nivel físico se pueden prever acciones de mejora, pero a nivel emocional se desconocen estas acciones, generando muchos problemas presentes y futuros.

La enseñanza de las emociones de forma inteligente depende de la práctica y el entrenamiento. Éstas permiten moldear y perfeccionar el pensamiento, cambiar de perspectiva, producir juicios y generar nuevas perspectivas a los problemas ocasionados por cambios emocionales.

Las emociones en los niños

En los niños se debe desarrollar una atención positiva, es decir, darles apoyo emocional al ampliar la participación a nivel emocional con ellos, esto no limita los elogios, los besos y los abrazos sino que amplía la participación, por ejemplo en los juegos entre mayores y pequeños, donde los últimos experimentan emociones nuevas que los fortalecen. Es vital que los padres muestren interés en las actividades de sus hijos y elogien sus conductas si así lo ameritan: el niño debe sentirse libre al actuar, así se logra la atención positiva.

Los estados de humor positivos conducen a un pensamiento creativo y benefician la resolución de problemas de reestructuración, razonamiento inductivo, ruptura del pensamiento convencional y realizar conexiones entre conceptos aparentemente no relacionados.

Las emociones de tristeza son eficaces para desarrollar tareas de detección de errores, atención sistemática de la información, razonar deductivamente y resolver problemas que requieren un procesamiento lógico de la información (Extremera y Fernández, 2003).

El desarrollo de una disciplina positiva en los niños contribuye a adquirir capacidades productivas y talentos innatos. Este es un tema difícil para la mayoría de los padres pero en general una disciplina efectiva se reduce a estos principios y estrategias: establecer reglas y límites claros (escribirlos y colocarlos en un lugar visible), establecer señales que el niño comprenda cuando se comporta mal (para enseñarle autocontrol), hablar con los hijos sobre normas y valores, prevenir los problemas, aplicar el castigo inmediato cuando se trasgreda una norma (intencional o accidentalmente), ser firme y coherente en los castigos (hacer lo que se dijo se haría), el castigo debe ser acorde al acto.

La televisión y los juegos electrónicos (incluido el celular) son los mayores obstáculos para criar niños con un CE elevado, ya que el tiempo que pasan frente a estos aparatos impide el desarrollo de la creatividad en el niño, e incrementa los problemas de salud como la obesidad.

Las emociones morales también deben desarrollarse en los niños, esto implica la preocupación por los otros, brindar ayuda, estimular, compartir, enseñar con conductas altruistas, tener tolerancia hacia los demás y respetar las reglas de la sociedad.

Por su parte, la empatía se desarrolla en los primeros seis años de vida, un niño empático será menos agresivo y más participativo socialmente; suelen ser más apreciados por la gente y crecer con mayor capacidad de lograr contactos eficaces con su pareja, amigos e hijos. Así, la empatía es la base de todas las capacidades sociales, surge naturalmente en los niños, pero para reforzar y acentuarla se deben establecer normas familiares claras.

Se debe fomentar la responsabilidad desde los tres años al enseñar tareas acordes a su edad y capacidades, las cuales deberán aumentar con la edad, sin estar atadas a recompensas. Se deben enseñar las responsabilidades y los quehaceres personales como parte de la convivencia en el hogar.

La sinceridad e integridad también son valores importantes dentro del CE elevado. Para lograr que la sinceridad forme parte de la educación de un hijo es útil leer cuentos que enfaticen la sinceridad. Por su parte, la confianza también se refuerza mediante juegos de confianza.

Las emociones morales negativas como la vergüenza y la culpa son necesarias en el desarrollo del CE. La vergüenza produce una huella imborrable en los niños por la incomodidad que genera la acción incorrecta. La culpa se presenta como remordimiento cuando el niño no se porta debidamente. Las emociones morales negativas son un factor importante en el desarrollo del CE alto. Hay que usarlas de manera adecuada para no dañar la autoestima de los niños para siempre.

También es necesario fomentar un pensamiento realista, decir siempre la verdad al niño, aunque sea dolorosa (para no fomentar el engaño).

El pesimismo es un obstáculo importante en el CE, es una amenaza para la salud de los niños, ya que puede llevarlos a la depresión. Según el psicólogo Seligman, para desarrollar un pensamiento optimista se requiere identificar que hay formas adecuadas y otras no para señalar una crítica. Por lo tanto, al tratar a los niños se debe ser precavido con la crítica ya que una censura exagerada produce culpa y vergüenza más allá de lo necesario en el niño. Siempre se debe explicar optimistamente una crítica e indicar cómo se puede modificar esa conducta o hecho.

Fomentar diálogos internos en el niño es benéfico para que enfrenten sus miedos, de esta forma aprenden nuevas conductas y controlan sus impulsos. Al repetir una frase o diálogo el cerebro cree esto y cambia la química del cerebro ante cualquier temor del niño. Así, al enfrentarse a una prueba que antes le provocaba temor, la neocorteza cerebral inhibirá la secreción de hormonas y de sustancias químicas que alteran el ritmo cardiaco cuando aparece dicho temor.

La mejor forma de enseñar a los niños es mediante el ejemplo, cuando ellos ven adultos tranquilos que enfrentan sus problemas ellos comienzan a hacerlo igual, ya que los niños aprenden por imitación. Es vital ayudar a los niños a resolver sus problemas y encontrar soluciones con ellos para desarrollar su pensamiento analítico y propositivo en la resolución de conflictos.

Los niños pueden aprender a resolver problemas cuando se les enseñan estrategias específicas y se les brinda el apoyo necesario. La capacidad de crear soluciones es aprendida con mayor efectividad cuando los pequeños practican juegos de resolución de problemas con otros infantes.

Para alentar la capacidad de resolver problemas en niños preadolescentes y adolescentes se deben fomentar estrategias más avanzadas como el pensamiento “medios-fin”, en este pensamiento “interviene la capacidad de planificar una secuencia lógica de acciones que den como resultado la consecución de una meta deseada, incluye también la capacidad de comprender lo que se aprende a cada paso, impedir o evitar obstáculos y disponer de estrategias alternativas” (González, 2008).

Las capacidades sociales de los niños incluyen la habilidad de comunicarse con otros y expresar de manera adecuada sus emociones y sentimientos. Esta capacidad ayudará al niño a conseguir un contacto social con individuos y grupos más armonioso.

Otro factor importante en el desarrollo del CE es el humor, esta capacidad inicia durante las primeras semanas de vida y permite en el niño el descubrimiento de diversas formas para enfrentar el estrés y la angustia. Se debe alentar a los niños a contar chistes y descubrir el sentido humorístico de las cosas aun en circunstancias difíciles. El humor puede servir para enseñarle al infante la tolerancia y el respeto por los otros. Es aconsejable que los niños comprendan que las palabras pueden doler más que un golpe. No es recomendable propiciar la burla hacia la condición física, económica o moral de una persona.

Se debe alentar a los niños a entablar amistades pues estas satisfacen necesidades en las diferentes etapas de la vida. Es importante que los pequeños formen parte de un grupo social, esto contribuirá en las relaciones del infante cuando sea adolescente y adulto.

Los niños también requieren desarrollar buenos modales, lo que les facilitará el éxito social posterior.

Hay diferentes pruebas para medir el CE, en el estudio longitudinal realizado en 1998 por Schutte y sus colaboradores se demostró que un niño con CE tiene un mejor aprovechamiento escolar. Por lo tanto, si con un diagnóstico inicial al medir el CE se pudiera predecir el aprovechamiento escolar, se podrían establecer las mejores estrategias para desarrollar el CE del niño mientras se genera un plan académico enfocado en sus necesidades, obteniendo así una enseñanza equitativa en un grupo de escolares.

 

CONCLUSIONES

La IE tiene un papel muy importante en la educación de cualquier persona (sea adulto o niño), lo importante es saber identificar a través de pruebas estandarizadas las áreas de mejora del individuo para un pleno desarrollo emocional y una mejor vida en todas sus esferas. En el caso de los niños, es vital identificar a tiempo sus áreas de mejora pues a edades tempranas los niños cambian rápidamente su comportamiento siempre y cuando sepamos actuar de manera adecuada para obtener resultados positivos.

 

BIBLIOGRAFÍA

Centro Intelectual de Desarrollo Familiar. (2009). El poder de la Inteligencia Emocional. México: Centro Intelectual de Desarrollo Familiar.

Extremera, N. y Fernández-Berrocal, P. (2003). La inteligencia emocional en el contexto educativo: hallazgos científicos de sus efectos en el aula. Revista de educación, 332(2003):97-116.

Fernández-Berrocal, P. y Extremera, N. (2002). La inteligencia emocional como una habilidad esencial en la escuela. Revista Iberoamericana de educación, 29(1):1-6.

González, G. R. (2008). Capacitación en resolución de problemas. Revista digital innovación y experiencias educativas, 7.

Goleman, D. (2006). La Inteligencia Emocional. México: Grupo zeta.

Goleman, D. (2009). La inteligencia Emocional. México: Kairós.

Hernández, V. I. y Dickinson, B. M. E. (2004). Importancia de la inteligencia emocional en medicina. Facultad de medicina, Estudios de posgrado en la subdivisión de medicina familiar. Revista Investigación en educación médica, 3(11).

Mayer, J. D. y Salovey, P. (1993). The intelligence of emotional intelligence. Intelligence, 17(4):433-442.

Mayer, J. D. y Salovey, P. (1997). What is emotional intelligence? En Salovey, P. y Sluyter, D. J. (Eds.). Emotional development and emotional intelligence: Educational implications (pp. 3-34). New York: Harper Collins.

Salovey, P. y Mayer, J. D. (1990). Emotional intelligence. Imagination, cognition and personality, 9(3):185-211.

Sánchez N., M. T. (2008). Inteligencia emocional autoinformada y ajuste perceptivo en la familia. Su relación con el clima familiar y la salud mental. España: Cuenca.

Schutte, N. S. et al. (1998). Development and validation of a measure of emotional intelligence. Personality and Individual Differences, 25:177.

Shapiro, L. E. (1997). La inteligencia emocional de los Niños. México: Vergara.

Universidad de Málaga. (s. d.). Inteligencia emocional y desarrollo de habilidades emocionales. Presentación de Power Point. MOOC. Universidad de Málaga.