Parejas con codependencia excesiva. ¿Cuánto ha influido en la sociedad la codependencia? Año 4. Número 10
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Autora: Alejandra del Rocío Abadía Gordillo.
RESUMEN
En el presente artículo se aborda la codependencia como mecanismo de crisis de la pareja. Este factor, debido a la baja autoestima y al poco autoconcepto de uno o ambos integrantes genera circunstancias que pueden ser bastante trágicas y derivar en el temor a existir sin el otro.
PALABRAS CLAVE: Pareja, autoestima, separación, codependencia, crisis, terapia, comunicación, independencia, autonomía, homeostasis.
INTRODUCCIÓN
El vínculo de la pareja es fundamental para el sistema familiar y no debe descuidarse. En el presente artículo se abordarán las condiciones de interacción de la pareja desde sus primeras etapas, se analizarán las crisis y los factores que mantienen una relación saludable. La finalidad de este trabajo es ofrecer una perspectiva integral del tema que permita al lector generar mejores condiciones en sus relaciones de pareja.
DESARROLLO
Las relaciones de pareja resultan un tema controversial debido a la diversidad de condiciones que existen y a la serie de factores que afectan el desarrollo de estas relaciones: la comunidad donde viven, las costumbres, la edad, la religión, la personalidad. Sin embargo, un factor significativo y que se abordará en este trabajo es la denominada codependencia.
La codependencia implica una relación poco sana entre dos personas que no saben diferenciar entre el amor condicional y el amor incondicional. Estos tipos de amor deben coexistir en toda relación de forma equilibrada y consciente.
Según Welwood (2003) “Arrastramos con nosotros necesidades personales, gustos, cautelas y preocupaciones que influyen en nuestra relación. Cuando alguien encaja en nuestras preferencias, sentimos placer. El amor condicional, son las condiciones que imponen nuestras necesidades. Por otro lado, el amor incondicional es expandirse, salir de los límites, fundirnos con el otro, sentir la exaltación del amor incondicional no implica que tengamos que aceptar lo que no nos gusta ni que tengamos que decir sí cuando necesitamos decir no”.
Balancear estos tipos de amor es complejo, pero ambos deben estar presentes para que una relación funcione adecuadamente. No puede existir únicamente el amor condicional que implica cierto temor a que la otra persona no cumpla con las expectativas creadas, ya que esto desgastaría la relación; ni sólo el amor incondicional, pues la pasión y la entrega hacia el otro es muy fuerte y genera un vacío respecto a otras necesidades, como la comprensión o el acompañamiento de la pareja.
Saber decir no a tiempo, expresar preferencias e inconformidades (en el noviazgo y el matrimonio) es la clave para mantener la autonomía e independencia dentro de una relación; una personalidad bien definida previene la codependencia en la pareja.
Algunos conflictos en la pareja se solucionan con una comunicación efectiva, pero cuando un integrante de la pareja cree no poder defender su autonomía suele intentar complacer al otro, buscando aceptación y evitando el rechazo.
En una relación de pareja compartir es saludable pero también concluir la relación a tiempo, si los intereses son distintos y no hay entendimiento. Aunque es importante considerar que cada persona vive las separaciones de forma diferente, para algunos es un proceso fácil y para otros es una pérdida muy significativa.
Depender del otro para tomar decisiones, incluso de uno mismo, en una relación, complica la separación ante el temor de lo que el otro pensará. Esto ocurre con frecuencia en personas inseguras, con baja autoestima y poco autocontrol, suele ocurrirles a personas provenientes de familias sobreprotectoras.
Las personas provenientes de familias sobreprotectoras suelen tener personalidades poco definidas que acarrean una dependencia total a la pareja, lo que dificulta disolver el vínculo. Para Salama (2003): “al culpar a otros por nuestros sentimientos, les cedemos el poder de controlar nuestras emociones. Sentirnos mal cada que pensamos en la persona que nos lastima se vuelve costumbre y nos hace sentir víctimas de alguien más poderoso”.
Los hijos de familias disfuncionales, donde los padres fueron irresponsables, tienen mayor probabilidad de envolverse en relaciones disfuncionales también; suelen tener una personalidad débil y no logran definir claramente su identidad, es por esto que suelen ser individuos poco independientes. Por otro lado, si crecieron en una familia funcional construirán su identidad y buscarán independizarse desde muy temprana edad.
“De esta necesidad de identidad e individualidad se derivan las de autonomía, independencia, libertad, autoridad, propiedad personal, poder, adecuada valoración de sí mismo, entre otras, y son muy caras a la persona por ser consustanciales al surgimiento mismo de la personalidad, a nuestra propia condición de seres necesarios e irrepetibles en el universo” (Clavijo, 2011).
Dentro de las relaciones de pareja es más común encontrarse con una mujer dependiente del hombre que al contrario, mucho más si la mujer no tuvo preparación profesional o en su familia hay casos de dependencia. Por lo cual, romper el vínculo es muy complejo y hasta impensable pues la mujer ha cedido el control total de la relación a su pareja.
La dependencia en la pareja se manifiesta desde el noviazgo, al observarse quién se impone al otro. Pero durante el matrimonio se presentan más conflictos debido a la nueva forma de convivencia, ocurren desacuerdos que se callan y generan tensión en la pareja. Acerca de esta etapa temprana del matrimonio:
A veces las soluciones son en sí mismas insatisfactorias y provocan un creciente descontento, que emerge más tarde en el matrimonio. Por ejemplo, a una pareja puede parecerle viable resolver la controversia si un miembro da al otro más de lo que aquel siente como adecuado. En este periodo temprano, marido y mujer aprenden a usar, tanto como el poder de la fuerza, el poder manipulativo de la debilidad y la enfermedad (Haley, 1987).
En ocasiones la persona que siempre aceptó la imposición del otro puede explotar emocionalmente y enfrentar a la pareja después de tanta represión. Sin embargo, en muchos casos, estos sentimientos de inconformidad nunca se manifiestan, pues las personas se adaptan a este estilo de vida y lo consideran saludable y no modifican su vínculo familiar.
La pareja puede enfocarse en los hijos para evitar enfrentar su situación, los hijos se convierten entonces en el foco de tensión y en lo único por lo que comparten su preocupación e interés. Cuando los hijos se van es cuando la pareja debe buscar nuevas cosas para compartir y enfrenta sus conflictos no resueltos, quizá como al inicio del matrimonio, aunque ahora siendo adultos mayores y más capaces de razonar.
En las relaciones de pareja, cuando una persona impone su voluntad busca la satisfacción de sus necesidades dejando de lado las del otro, que se sentirá infeliz pero incapaz de poner punto final a la relación. Este tipo de circunstancias generan mucha tensión, acudir a terapia puede ayudar a mejorar la relación a partir de nuevas metas y expectativas conjuntas.
Generar acuerdos en pareja sobre la pérdida y la creación de expectativas es complejo: “Cualquier cambio introduce una probabilidad de iniciar un efecto de irradiación que conducirá a un futuro más satisfactorio. Cualquier cambio es una diferencia que puede ser lo bastante diferente como para formar parte de la solución. En todo caso, un cambio puede convertirse en parte de la construcción de un nuevo conjunto de expectativas que será parte de la creación de la solución” (Shazer, 1991). Y una de las funciones del terapeuta es la de fomentar el cambio para bien de la pareja.
La importancia de la terapia de pareja para resolver la codependencia
Al trabajar colaborativamente la pareja y el terapeuta se descubren casos de codependencia: los miembros de la pareja sufren juntos y sufren separados. Son individuos incapaces de tomar decisiones determinantes para su vida. Buscar solución a sus conflictos con ayuda de la terapia o disolver el vínculo suelen ser las soluciones más comunes, en la segunda se continúa de manera individual aprendiendo a vivir sin el otro, generando la voluntad de superar la relación y creciendo a nivel personal.
Si bien dentro de la pareja en ocasiones hay que ser condescendientes, también hay que aprender a convivir en un ambiente armonioso y recíproco para las necesidades de ambos. Establecer límites permitirá conservar la independencia de cada uno, sus espacios y formas de pensar, sin descuidar los espacios que se comparten.
Algunas de las características que tienen las personas codependientes en sus relaciones de pareja son consecuencia de la interacción con la familia de origen. Según Dills (2003), existen tres características de personalidad débil que se mencionan a continuación. Estas creencias pueden ejercer una enorme influencia respecto a la salud mental y física de las personas.
- Desesperación: pensar que el objetivo que se desea no es alcanzable, sin importar las capacidades que se tengan.
- Impotencia: pensar que lo que se desea no se puede alcanzar y no somos capaces de alcanzarlo.
- Falta de mérito: sentir que no se merecen los objetivos deseados porque no hemos hecho nada.
Estas características predisponen al individuo a creer que no puede existir sin una pareja y que no tiene la capacidad de salir adelante por sí mismo pues considera que nadie va a valorarlo y no quiere enfrentar el miedo a la soledad; su apego al otro es muy fuerte.
Las relaciones codependientes se convierten en destructivas y adictivas, las personas consideran esta codependencia como su única posibilidad de sentirse parte de un vínculo importante y consideran todo lo erróneo como normal.
Por otro lado, cuando la pareja decide asistir a terapia para salvar el matrimonio, el terapeuta será el guía que los ayudará a establecer límites.
El terapeuta de familia intenta ayudar a ésta a crear el intercambio flexible entre autonomía e interdependencia que promoverá con mayor eficacia el desarrollo psicosocial de sus miembros. La independencia no constituye el objetivo per se. La connotación peyorativa del concepto de dependencia en la teoría psicodinámica individual no se aplica en la terapia familiar, que reconoce la interdependencia de todos los sistemas (Minuchin, 1974).
Cuando se habla de pareja se habla de un sistema que debe funcionar equilibradamente, si las dos partes están dispuestas a reencontrarse con su autonomía deben ser conscientes del trabajo colaborativo con el terapeuta, realizar las tareas asignadas y mostrar disposición.
El terapeuta debe preparar a la pareja para el final del tratamiento y el posible fin de la relación, y así evitar crisis posteriores como la depresión. En las parejas codependientes, las consecuencias podrían ser tan graves como el suicidio.
Es importante hacerle ver a la pareja que existen gran cantidad de aspectos que se pueden disfrutar conjuntamente, salir a pasear, viajar, compartir pasatiempos, tomar decisiones equitativamente, saber que dentro de la pareja se piensa en los dos y no en uno, que se busca el bienestar de la familia. Cuando se cambia el tú o yo por el nosotros comienza a construirse una relación saludable que difícilmente se hará codependiente.
Aunque en las relaciones codependientes siempre hay situaciones para mantener el vínculo dada la incapacidad de sobrevivir sin el compañero de vida, es importante considerar las deudas afectivas con la pareja por los años compartidos bajo la protección de una familia, pues este factor en lugar de generar agradecimiento puede frenar la sana separación.
Cuando la pareja ha llegado a la etapa del síndrome del nido vacío, pues se ha separado, se reencuentra, aunque en ocasiones se presenta nuevamente una crisis de dependencia emocional de un integrante o de ambos. En esta etapa surge la idea de terminar la vida juntos pues si la separación tuvo éxito ahora han aprendido a vivir sin dependencia y ya no hay conflicto en su pareja por haber homeostasis (estabilidad) entre ellos.
Cuando se asiste a terapia y comienzan a ocurrir cambios en la relación de pareja, el sistema sufre nuevamente un desequilibrio, pues se pierde el ritmo de vida acostumbrado y se reconocen otras formas de convivencia. El impacto de la terapia es tan significativo que las parejas codependientes pueden llegar a extrañar sus hábitos pasados, pero el terapeuta debe propiciar el tratamiento completo para ofrecer a ambas partes un nuevo panorama de vida en pareja o individualmente, de darse la separación.
Continuar por caminos separados y terminar sanamente también es válido, es una forma de crecimiento personal y permite crear nuevas metas y objetivos, automotivarse y demostrarse a sí mismo la capacidad de existir individualmente. Lo ideal sería que la pareja buscara crecer individual y conjuntamente llegando a acuerdos para la satisfacción de las necesidades de ambos y no de uno solo.
Las relaciones codependientes siempre han existido y existirán, pero actualmente hay vías para superarlas y herramientas para sobrellevar sanamente la relación de pareja y la interacción familiar, aprendiendo a compartir lo que debe compartirse y a establecer límites cuando es necesario ponerlos.
CONCLUSIONES
Dado que las condiciones familiares de origen, el contexto de vida, la historia personal y la falta de afecto por uno mismo repercuten en la formación de la codependencia, con este trabajo se han situado las circunstancias más apremiantes que viven los individuos codependientes, ya que conocer estas condiciones propicia identificarlas en uno e intentar cambiarlas.
Las relaciones humanas sanas son aquellas donde las necesidades afectivas de otra persona no son la prioridad del otro sino una parte integral que también incorpora las del sujeto, todo en equilibrio. En la actualidad existen herramientas que permiten a los individuos transitar de relaciones codependientes a relaciones sanas, una de estas herramientas es la terapia de pareja.
BIBLIOGRAFÍA
Clavijo, P. A. (2011). Crisis familia y psicoterapia. Editorial Ciencias médicas.
Dills, R. (2003). El poder de la palabra. México: Urano.
Epston, D. y White, M. (1993). Medios narrativos para fines terapéuticos. México: Paidós.
Haley, J. (1987). Terapia no convencional. Buenos Aires: Amorrortu.
Minuchin, S. (1974). Familias y terapia familiar. Estados Unidos: Gedisa.
Salama, P. H. (2003). Ponle oreja a tu pareja. México: Diana
Salinas, S. (2003). Todo no término. México: Océano.
Shazer, S. (1991). Claves para la solución en terapia breve. México: Paidós.
Welwood, J. (2003). Double vision: Duality and nonduality in human experience. The sacred mirror: Nondual wisdom and psychotherapy, 138-163.