<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=186146087706618&amp;noscript=1"> Amor químico. Las bases biológicas del amor. Año 2. Número 2

Amor químico. Las bases biológicas del amor. Año 2. Número 2

10 min de lectura

Autores: Gualberto Moreno Vírgen y Beatriz Areli Hernández León.

RESUMEN

A través de los años, gran cantidad de escritores han hecho ensayos sobre el amor, pero no fue hasta la época moderna en que las ciencias biológicas enfocaron su interés en tratar de explicar el amor desde un punto de vista neuro-endócrino.

En este artículo se presentan los aspectos que explican mejor este complejo proceso biológico. En este artículo se presentan los aspectos que explican mejor este complejo proceso biológico.

PALABRAS CLAVE: Amor, neurotransmisores, hormonas, sistema límbico, amígdala.

INTRODUCCIÓN

Al escuchar la palabra amor, inmediatamente pensaremos en una pareja o en el amor romántico, incluso pareciera que todos estamos familiarizados con el concepto, pero es realmente complicado intentar definir el amor como sentimiento, es por eso que ha sido objeto de atención, estudio y distinciones teórico-empíricas. Los psicólogos han considerado el amor como un sentimiento humano universal; independientemente del sexo o época, todos han sido cautivados o desequilibrados por este sentimiento. Por esto, el amor ha sido, es y seguirá proporcionándonos grandes momentos de alegría impetuosa, entusiasmo, nerviosismo, risa y placer.

DESARROLLO

Es posible que algunos de nosotros actuemos por amor, trabajemos por amor, vivamos por amor e incluso afirmemos ser capaces de morir por amor. No es nada extraño escuchar casos de suicidios a consecuencia de un desamor. Pero entonces, ¿qué es lo que provoca este sentimiento tan ferviente, ese éxtasis tan característico que provoca el amor?

Actualmente, se conoce la participación de diferentes áreas del sistema nervioso –sistema límbico, amígdala cerebral-, del sistema endócrino (por la liberación de diferentes hormonas, entre ellas la feniletilamina) y un papel protagónico que tienen los neurotransmisores –sustancias químicas sintetizadas por las neuronas- que regulan las emociones y la conducta del individuo.

Sistemas nervioso y endócrino

A lo largo de la evolución de las especies, y fundamentalmente de los organismos pluricelulares, la aparición de sistemas que permiten la comunicación intercelular ha sido esencial para perpetuar la existencia de dichos organismos; para lo cual, tanto el sistema nervioso como endócrino, han cumplido adecuadamente su función de comunicación celular. Tales sistemas están íntimamente relacionados para controlar el funcionamiento de diferentes sistemas celulares que coordina el hipotálamo.

Ambos sistemas tienen un funcionamiento muy similar. Mientras que el sistema nervioso está integrado por neuronas –células nerviosas, encargadas de desempeñar las funciones propias de dicho sistema-, las cuales sintetizan una sustancia química llamada neurotransmisor, dicha sustancia le permite al sistema nervioso comunicarse con células efectoras (neurona, célula muscular o célula glandular). Esta comunicación se establece por la sinapsis de una neurona con una célula efectora. La sinapsis es un proceso fisiológico conformado por una célula pre sináptica –neurona-, un espacio sináptico y una célula post sináptica –célula efectora-. La célula pre sináptica libera el neurotransmisor al espacio sináptico e interactúa con receptores específicos de la célula post sináptica, para entonces realizar su acción farmacológica, sin olvidar que tal acción será temporal (ver Figura 1).

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Figura 1. Esquema de sinapsis.

El sistema endócrino está integrado por células endócrinas, las cuales sintetizan una sustancia química llamada hormona. Las hormonas pasan al torrente sanguíneo atravesando varias membranas celulares hasta llegar a las células blanco (la célula blanco es donde actuará la hormona). Para que la hormona actúe requiere interactuar con receptores específicos, lo cual producirá una respuesta también específica.

Sistema límbico

La concepción de un sistema límbico con funciones especiales se desarrolló a partir de estudios de neuroanatomía comparada e investigaciones neurofisiológicas (Livingston y Escobar, 1971). Por ello, en la actualidad se hace referencia a ciertos componentes de los hemisferios cerebrales y estructuras del diencéfalo (principalmente tálamo, hipotálamo y epitálamo) denominados como sistema límbico. Este sistema está constituido por estructuras cerebrales que se encuentran localizadas sobre la línea media del cerebro, alrededor del cuerpo calloso; vinculadas entre sí por medio de conexiones aferentes –entrantes- hacia el tálamo, corteza prefrontal, circunvolución singular, circunvolución parahipocámpica e ínsula; y conexiones eferentes –salientes- que van desde el hipotálamo, núcleo putamen, corteza prefrontal, corteza singular y temporal. El sistema límbico está relacionado con las emociones, la conducta y la interpretación del mundo que nos rodea.

Cabe mencionar que James Papez (1995), neurólogo estadounidense, describió las conexiones neurológicas asociadas a las emociones del individuo, a esta descripción se le conoce como Circuito de las emociones o de Papez (ver Figura 2). En el circuito de Papez queda ejemplificada la comunicación directa y estrecha del córtex –corteza cerebral- y el subcórtex –estructuras sub corticales- (ver Figura 3).
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Figura 2. Circuito de Papez o de las emociones.

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Figura 3. Circuito de Papez o de las emociones.

Amígdala

La amígdala está integrada por cuerpos neuronales y axones, los cuales constituyen un complejo nuclear muy importante localizado en el polo temporal encefálico.

En la actualidad, existen varias teorías para explicar el desarrollo y la expresión de las emociones, sin embargo, la mayoría coincide en que constan de dos componentes: uno es la percepción física y el otro es el sentimiento consciente. Para mantener la distinción entre estos dos componentes, el término emoción se utiliza para referir sólo al estado corporal, y el término sentimiento es usado para indicar a la sensación consciente.

Al analizar las emociones, podríamos decir que tal fenómeno se presenta como resultado de la interacción dinámica entre conexiones hipotalámicas y corticales, especialmente de la circunvolución del cíngulo y la corteza pre frontal. Gray (1999) indica que existe evidencia de que “los sistemas para el almacenamiento de memorias inconscientes relacionadas con los estados emocionales –respuestas autónomas y somáticas- son diferentes de los sistemas responsables para la memoria consciente”.

Si existen dos tipos de memoria, las circunstancias del amor parecen ser un tema basto y sumamente complejo. Estas dos memorias serán ejecutadas por estructuras neurológicas distintas. La memoria inconsciente será consolidada por la amígdala, mientras que la memoria consciente por el hipocampo.

Fisiología del amor

La atracción está mediada por sustancias químicas denominadas feromonas, las cuales son semejantes a las hormonas. Las feromonas son sustancias sintetizadas y liberadas en el sistema endócrino que provocan la activación de diferentes estructuras cerebrales y no cerebrales. Se ha descrito con anterioridad que el órgano humano capaz de captar sustancias de esta naturaleza química –feromonas- es el órgano sensorial que se encuentra localizado en el hueso vómer –dicho hueso se encuentra entre la nariz y la boca-, por lo que la nariz tiene un lugar protagónico al captar feromonas.

Otra sustancia química implicada en el proceso del amor es la feniletilamina (FEA), que actúa como neurotransmisor sintetizado y liberado a nivel del sistema nervioso central. El estímulo más importante para su liberación es sentir atracción física por otra persona, una vez comenzada la liberación de FEA, ésta llegará a alcanzar concentraciones altas, lo cual induce la liberación de dopamina. El principal estímulo que induce la liberación dopaminérgica –asociada al amor- es la alta concentración de FEA.

La dopamina (neurotransmisor) tiene un papel protagónico alrededor del amor. La dopamina es liberada principalmente en la corteza cerebral, ganglios basales y sistema límbico; es protagónica ya que es precisamente este neurotransmisor el que actuará a nivel del sistema nervioso central y provocará la liberación de noradrenalina y oxitocina. La noradrenalina (otro neurotransmisor), es liberada en la formación reticular y la protuberancia; es la principal responsable de los efectos del enamoramiento. La oxitocina es una hormona sintetizada y liberada en los núcleos paraventricular y supraóptico del hipotálamo, esta hormona está muy comúnmente asociada al trabajo de parto, y tiene un fuerte rol en las conductas sexuales del individuo.

¿Estar enamorado, se siente?

La noradrenalina es el neurotransmisor que generará los síntomas del enamoramiento. Las manifestaciones típicas del enamorado son:

1. Sudoración: dada por descarga adrenérgica, por la acción de la noradrenalina.

2. Temperatura: se ha demostrado que existe un ligero ascenso de la misma con sólo pensar en el sujeto del que se está enamorado.

3. Frecuencia respiratoria: también está dada por descarga adrenérgica, mediada por la acción de la noradrenalina.

4. Frecuencia cardíaca: aumenta por la descarga adrenérgica, mediada por la adrenalina y la noradrenalina.

5. Presión arterial: aumenta por el incremento de la frecuencia cardíaca, mediada por la adrenalina y la noradrenalina.

6. Glucólisis y lipólisis: la glucólisis es una forma endógena de proveer energía a las células liberando glucosa. La lipólisis es un proceso mediante el cual los lípidos son transformados en ácidos grasos y glicerol para dar energía a las células. Ambos procesos endógenos son capaces de aportar la energía necesaria para los procesos celulares. Durante el enamoramiento se produce un incremento de liberación de glúcidos –azúcares- y grasas de sus depósitos de almacenamiento, con la finalidad de obtener más energía y así, enfrentar la situación de alerta del amor.

Para Helen Fisher (1998, 2002), los mamíferos a lo largo del tiempo han desarrollado tres sistemas cerebrales de motivación-emoción que actúan en serie; los cuales son el deseo o apetito sexual, atracción o amor y apego duradero de pareja.

1. Sistema cerebral de deseo o apetito sexual: la función de este sistema será de apareamiento con la pareja “adecuada”. Mediado por estrógenos y andrógenos (hormonas sexuales, liberadas por la acción de hormonas sintetizadas en el hipotálamo).

2. Sistema cerebral de atracción o amor romántico: la función de este sistema será reproductiva. Mediado por el incremento de concentración de dopamina y noradrenalina, así como por la disminución de serotonina.

3. Sistema cerebral de apego duradero de pareja: la función de este sistema es la crianza de la familia. Mediado por oxitocina y vasopresina (hormonas).

El amor romántico provoca sensación de bienestar en el individuo que lo experimenta, tal sensación es producida por un sistema neurológico de recompensa o refuerzo positivo; el cual también está asociado al abuso de sustancias tóxicas. Este sistema de recompensa lo integran el sistema dopaminérgico (dopamina) y el opioide endógeno (endorfinas) (ver Figura 4).
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Figura 4. Sistema de recompensa.

Según datos del INEGI (2013), en México las estadísticas de divorcio parecen indicar una suerte de falta de apego duradero a una pareja. En los datos publicados por el organismo en el año 2011 y correspondientes a 2009 se observa que por cada 100 matrimonios se producen 15.1 divorcios. Según estudios de neuroanatomía y neurofisiología, el apego duradero a una pareja está mediado por dos receptores: el receptor de oxitocina –OTR- en la amígdala medial en hembras y el receptor de vasopresina –Va1R- en el septum lateral en machos (Young, 1998).

En estudios realizados a individuos monógamos se encontró un alto número de estos receptores –OTR y Va1R- y una cantidad casi ausente de los mismos en individuos promiscuos. Esta información es muy relevante para entender la justificación científica del grado de apego a una pareja, es decir, por qué algunos individuos son fieles y otros no lo son. Es posible que las diferencias en la distribución de estos receptores tenga una causa genética, es decir, déficit de un gen promotor.

CONCLUSIONES

Los sistemas nervioso y endócrino participan en la regulación de la comunicación de diferentes sistemas celulares. Y es precisamente de esta interacción que surge el componente químico del amor; donde la feniletilamina –FEA- que participa en el sistema de recompensa y placer de la mente es mediada por la liberación de dopamina. Por su parte, la dopamina desencadena la liberación de noradrenalina y oxitocina Fisher (1998, 2002).

Desde hace tiempo, la noradrenalina se ha asociado a las manifestaciones adrenérgicas propias del enamoramiento: como pueden ser aumento de la sudoración, la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y la respiratoria.

Por otro lado, los neuropéptidos oxitocina y vasopresina están asociados con el apego duradero a la pareja. En la actualidad se sabe que el receptor de oxitocina –OTR- está localizado principalmente en hembras, mientras que el receptor de vasopresina –Va1R- se encuentra en machos. En individuos monógamos ha sido posible demostrar un alto número de estos receptores y una cantidad casi ausente de los mismos en individuos con múltiples parejas. Al parecer, el número de receptores que se expresan en ambas regiones –amígdala medial y septum lateral- está directamente relacionado con el apego a una pareja y potencialmente al amor que se le tenga.

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