<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=186146087706618&amp;noscript=1"> Reflexión sobre la cultura, la sociedad y la psicopatología. Año 2. Número 2

Reflexión sobre la cultura, la sociedad y la psicopatología. Año 2. Número 2

5 min de lectura

Autora: Ana Karen Inclán Guía

RESUMEN

El presente artículo tiene por objetivo brindar una perspectiva diferente de la psicopatología; la perspectiva que aquí se presenta visualiza a la sociedad contemporánea, su pérdida de identidad y la filosofía del poder.

Este trabajo no busca brindar la verdad absoluta sobre la psicopatología, busca simplemente, “mirar desde otros ojos”.

PALABRAS CLAVE: Psicopatología, sociedad, cultura, Foucault, Bentham, imagen moderna.

INTRODUCCIÓN

“Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda”
Jean de la Fontaine.

La palabra cultura tiene su origen en el latín cultura, cuya última palabra trazable es colere que significa cultivar; esta acepción originalmente se refería al cultivo de productos primarios, pero poco a poco se fue construyendo el significado que en este momento nos interesa.

Alvear (2004) menciona que puede hablarse de cultura como: “La suma de todas las creaciones humanas acumuladas en el transcurso de los años”, esta nueva concepción hace referencia al cultivo del ser humano en su totalidad; podría pensarse que este cultivo, dadas la subjetividad e individualidad que como sujeto se posee, hace que la cultura sea diferente de sujeto a sujeto; sin embargo, “A medida que los humanos nos comunicamos e interrelacionamos más, la cultura se universaliza también”.

La idea anterior sugiere que la única y verdadera cultura (individual) existió cuando el ser humano no tenía necesidad de reunirse en sociedad; y por lo tanto tampoco necesitaba someterse al influjo de lo que dijera el jefe del clan (en los tiempos remotos). Esta idea de cultura pura (por llamarle de alguna manera), se dejó atrás desde que los sistemas políticos y económicos se desarrollaron.

Situémonos en el siglo XXI, con el modo de vida que las personas llevamos, la globalización parece ser cada vez más exponencial, se puede pensar, como indica Alvear, que estamos perdiendo nuestra cultura e incluso nuestra identidad.

DESARROLLO

La cultura va estrechamente ligada con el concepto de sociedad. La sociedad es el conjunto de personas convocadas con fines y reglas específicas situadas en una misma región o localidad. Foucault (1999) menciona que “Las sociedades se han intentado definir intrínsecamente de dos maneras; la manera positiva y la manera negativa. La primera analiza, lo que la sociedad acepta, tolera e incluso premia; mientras que la segunda responde a preguntas como:

¿Qué es lo que se rechaza? ¿Cuál es el código de prohibiciones?”.

Partiendo de esta idea, el panorama de la psicopatología toma un giro inesperado. Con la aparición de Tuke y Pinel ocurre una escisión entre la historia de la locura, la psiquiatría y la enfermedad mental, puesto que habitualmente antes de ellos la enfermedad mental no era reconocida, por tanto los “locos” eran tratados como criminales e incluso como animales.

La propuesta de Foucault (1999) ante el argumento anterior resulta interesante al análisis, pues dice que la lectura literal de esta idea es una aberración; puesto que para realizar una buena interpretación de este hecho, el examinador debe situarse en el contexto histórico, político, económico, del lugar de los hechos. Es así como el autor llega a la conclusión de que efectivamente el trato que se daba a los enfermos mentales era de criminales. Sin embargo, este trato era completamente característico de la sociedad europea de la época clásica. Otro de los puntos que remarca es que a partir de Pinel y Tuke, la locura será vista como una enfermedad que hay que curar.

Pero, ¿cómo es que un acontecimiento que sucedió en Europa llegó a América con tal fuerza que el modelo que se emplea para el tratamiento de los enfermos mentales sigue siendo el mismo? No existe una respuesta universal a esta cuestión, sin embargo, una de las hipótesis para responderla se basa en un texto de Melenotte (2002), el cual menciona que:

La imagen en el sujeto se expresa como un instrumento moderno y eficaz para la transmisión de órdenes. En efecto, la imagen gobierna, y lo hace de una manera que puede sorprender, lo hace no diciendo nada. Da órdenes de una manera silenciosa […] La imagen por lo que muestra somete […] Si el sujeto moderno es producto de tal sumisión a la orden que viene de la imagen, el poder supone en efecto alguna autoridad que se ve oculta, pues nunca se coloca a un jefe, o a una ideología clara (Melenotte, 2002).

Lo anterior se vincula con una idea propuesta por Jeremy Bentham (1979) y retomada por Foucault, en El ojo del poder. Bentham diseña un centro penitenciario (imaginario hasta el momento de su idea), cuyo concepto básicamente “permite a un vigilante observar a todos los prisioneros sin que éstos puedan saber si están siendo observados o no” (Alvarez, Ojeda y Pastoriza, 2011). No obstante la idea de que somos controlados por medio de las imágenes, ahora también se podría pensar que somos controlados por medio del poder, como bien lo expresa Foucault, en el texto citado, donde hace la comparación de los sistemas económicos con el panóptico descrito por Bentham, y esto ¿en que concierne a la psicopatología?

El equipo de especialistas que se reúne para realizar modificaciones al Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) es un conjunto de médicos, neurólogos, psiquiatras y profesionales afines a la salud, también se sabe que el DSM, como cualquier investigación, necesita del patrocinio de “alguien”, ese alguien suelen ser las farmacéuticas (quienes consideraremos tienen el poder y manipulan la visión del ser humano por medio de la imagen), así pues, si el poder decide que se cree otro trastorno mental, se creará y la farmacéutica saldrá al rescate con algún nuevo medicamento que tranquilice la histeria colectiva que fue sembrada por la aparición de esta nueva enfermedad.

Un hecho importante es que en países europeos se ha optado por dejar de usar la clasificación DSM; incluso en Estados Unidos se ha abandonado esta clasificación, lo que dará un giro importante en la historia de la psicopatología, en la historia de la sociedad y de la cultura.

CONCLUSIONES

Previo a la presencia de la psicopatología, parece que la clasificación de las enfermedades mentales no visualizara simplemente mejorar la calidad de vida del enfermo mental. Aunque esto parece estar modificándose al abandonarse esta forma de clasificación de enfermedades tanto en Europa como en Estados Unidos. Quizá el futuro de la psicopatología sea muy diferente.

BIBLIOGRAFÍA

Álvarez, V., Ojeda, V. y Pastoriza, G. (2011). Talk shows y reality shows. ¿Atracción o repudio? Monografias.com Recuperado de http://www.monografias.com/usuario/perfiles/maria_victoria _ojeda_lamas/monografias

Alvear, C. (2004). Manual de historia de la cultura. México: Limusa.

Bentham, J. (1979). El Panóptico. Madrid: La Piqueta.

Foucault, M. (1999). Estética, ética y hermenéutica. Barcelona: Paidós.

Melenotte, G. H. (2002). El sujeto moderno y su imagen. Revista de psicoanálisis. Me cayó el veinte, 5.