Poshegemonía lingüística. Lectura desde la diversidad cultural Edición Especial No. 1
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Autor: Reyner Aníbal Ballinas Solís.
RESUMEN
Este artículo constituye una invitación para refl exionar acerca del papel protagónico que se le ha concedido al idioma inglés en los contenidos curriculares. El flujo discursivo acerca de la necesidad de aprenderlo que es cada vez mayor, ha provocado la euforia de unos y otros, pero también se han dejado de lado una serie de elementos que precisan ser tomados en cuenta. Un atisbo al respecto es lo que da forma a las siguientes páginas. Punta de un iceberg solamente.
PALABRAS CLAVE: Educación, diversidad, cultura, inglés.
INTRODUCCIÓN
Para efectos de lo que se desea comunicar con este escrito, en un primer momento se discurre acerca de algunas situaciones que han llevado a que exista una euforia por la enseñanza del inglés como parte fundamental del proceso escolarizado. En un segundo momento se aborda lo relativo a la confl uencia de elementos que requieren ser tomados en cuenta en el proceso de enseñanza – aprendizaje del inglés en diferentes contextos socioculturales, otra situación no tan viciada de discursos progresistas. Finalmente se propone resignifi car el papel del docente de inglés en el contexto chiapaneco, en tanto escenario de diversidad étnica y cultural.
DESARROLLO
Una lectura crítica acerca del proceso escolar orientado hacia el aprendizaje del inglés como lengua extranjera, puede tocar susceptibilidades para quienes se desempeñen como docentes en esta área, al contradecir el estado natural de lo que se ha presentado como necesario e imprescindible: el inglés como herramienta ineludible para integrarse a la dinámica actual inscrita en los procesos de globalización. Aun así, la fi nalidad de este escrito es una invitación a la refl exión y a la propuesta.
La tesis central que sostengo —y que ahora comparto— es que el inglés se encuentra en una etapa poshegemónica1 al haber arribado al plano de la consciencia del sujeto (aceptación-resignación), en tanto que el flujo discursivo que gira en torno al idioma ha confi gurado las creencias y expectativas por parte de la sociedad y, por ende, las acciones emprendidas desde el sistema educativo. Este hecho convierte la necesidad de aprender inglés en el metarrelato2 actual, aún en una época de incertidumbre e inestabilidad creciente en diferentes ámbitos.
Pero, si en el mundo contemporáneo los metarrelatos dejaron de tener vigencia, ¿puede hablarse de la pretensión de convertir la necesidad de aprender inglés (y de enseñarlo) como el nuevo gran metarrelato? En principio asumo que sí. No es de extrañarse, toda vez que “la gran cultura occidental, desde su orígenes más remotos, ha construido sólo metarrelatos (los diversos proyectos político-sociales)” (De Alba, 2004).
Con esta salvedad, el punto es que —como ya mencioné antes— el fl ujo discursivo acerca del inglés incide en la toma de decisiones y en las acciones emprendidas desde el Sistema Educativo Mexicano y tiene repercusión en
1 Beasley Murrray (2010) ofrece elementos para conceptualizar la poshegemonía desde la política en América Latina. En este escrito se han extrapolado tanto el afecto, hábito y multitud para explicar la poshegemonía en términos lingüísticos.
2 Lyotard (1987) al utilizar los términos de relato, grandes relatos y metarrelato, se dirige a un mismo referente: los discursos legitimadores a nivel ideológico
contextos lingüísticos y culturales diferenciados, como son las regiones con alta presencia indígena en el estado de Chiapas3. Lo anterior quiere decir que el estatus del inglés a nivel internacional como lingua franca4 tiene una serie de repercusiones no solamente a nivel global, sino también en escalas menores, pero igualmente importantes que generan la tensión local-global.
En este tenor, algunos autores como Phillipson (1992) consideran que el inglés y el negocio de su enseñanza es una forma de imperialismo lingüístico, al apoyar un sistema global que no hace sino perpetuar las disparidades entre países centrales y periféricos. De ser esto así, deviene en exigencia reflexionar acerca de los elementos necesarios en la formación de profesionales en la enseñanza del inglés en las diferentes escuelas destinadas para tal efecto, con la finalidad de responder éticamente a la pretensión de diálogo intercultural (si es que hay tal) ante el fenómeno de la globalización en el contexto chiapaneco. No me extiendo en eso aquí, solamente advierto.
Todo lo anterior quiere decir, forzosamente, que los principales retos a los que deberán enfrentarse los docentes de inglés, ante la dinámica actual, no precisamente se limitan a las cuestiones de transmisión del conocimiento, más bien exige reflexionar acerca de la responsabilidad que la enseñanza del inglés como profesión encierra en sí misma, especialmente en contextos como el del estado de Chiapas, mosaico de culturas y lenguas.Ahora, con un estilo cervantesco acierto a deciros que no podría ser causa alguna de extrañeza y letargo por tantas sinrazones ya que, muy probablemente, hemos aguzado el oído o apreciado en epítomes hasta la extenuación que, desde tiempos de cuya fecha no quiero acordarme, el ámbito educativo ha sido uno de los principales mecanismos para reproducir las lógicas dominantes y, en efecto, esto tiene que ver con que ha sido una constante la preocupación de las clases dominantes por imponer su lengua, su cultura y sus instituciones económicas, sociales y políticas “en el proceso de desarrollo histórico de la nación mexicana iniciado desde el momento mismo de la consolidación del sistema colonial español” (López y Rivas, 1998).
A decir de Shmelkes (2005), desde esa época ha existido un temor a la diferencia, situación que puede explicar la intención de exterminio de los indígenas; añade que el “actual reconocimiento de la diversidad como motivo y orgullo de la riqueza nacional constituye un cambio” paradigmático fundamental. Aparentemente.3 A decir verdad, también para hablantes de español como lengua materna, el inglés puede convertirse en una barrera más que en un elemento de oportunidad.
4 Un idioma que es usado para la comunicación entre grupos humanos que hablan diferentes lenguas. Una lingua franca puede ser usada a nivel internacional (como es el caso del inglés); puede ser la lengua de uno de los dos grupos que pretende establecer comunicación o puede ser una lengua que no sea la de ninguno de los dos grupos.
Precisamente por este histrionismo con respecto del inglés y de acuerdo con Giddens (1995), es necesario revisar la noción de lugar como de ordinario lo usan los geógrafos, dicho término no debe ser empleado en teoría social simplemente para designar un punto en el espacio, sino que se hace necesario trabajar los conceptos de sedes, presencia, co-presencia, y disponibilidad de presencia como están implícitos en las relaciones entre integración social e integración sistémica. La escuela es el espacio idóneo para tal efecto. Veremos solamente el primero de ellos.
Así pues, hablar de sedes en el ámbito educativo, y en especial en la temática que nos ocupa, tiene que ver con la ubicación de la zona Altos de Chiapas5 constituyendo en su interior, contextos de interacción, es decir, Giddens usa el término sedes (más que lugar) para referirse al uso sistemático de los escenarios escolares por parte de los agentes quienes constituyen encuentros por un espacio y un tiempo, de ahí que el contexto conecta los componentes más íntimos y detallados de interacción con propiedades mucho más vastas de la institucionalización de una vida social (Giddens, 1995).
A partir de lo anterior, podemos concluir que hablar de sedes en el ámbito educativo, denota el uso del espacio para proveer los escenarios de interacción, los cuales son esenciales para especificar su contextualidad.
Aun así, el flujo discursivo con respecto del inglés ha configurado creencias y expectativas, tanto de una buena parte de la sociedad, como de los gobiernos de los países ubicados en el círculo denominado del Tercer mundo (Macedo et al., 2005; De Sousa, 2000) los cuales, a su vez, han emprendido acciones desde el escritorio con miras a dar forma a una imagen exterior de competitividad a nivel internacional.
En definitiva, el estatus exacerbado que se le concede al inglés tiene repercusiones en diferentes ámbitos, a decir, social, político, ideológico, cultural y educativo; todos y cada uno de ellos no pueden separarse, dado que están profundamente imbricados con el campo social. De ahí la importancia de tomar en cuenta que, desde el punto de vista de una sociología explicativa que da cuenta de lo que hace la gente, es necesario estudiar las instituciones en donde las personas son creadas y donde se crean además las diferencias en el plano de lo social, aunado a que el sistema escolar es cada vez más uno de esos lugares en donde se reproducen las estructuras sociales (Bourdieu, 2009).
CONCLUSIONES
Por lo anterior —y dado que por el momento no presento una postura radical— propongo reconocer que la formación para la docencia en inglés no puede concebirse como un mero cúmulo de contenidos abordados durante los estudios profesionales, sino que debe proporcionar una plataforma de despegue para una labor crítica ante los procesos globales (Fernández, 1999).
Dicho de otra manera, es imprescindible y urgente tomar en cuenta que lo que sucede en los espacios escolares en contextos de diversidad cultural (como el del estado de Chiapas) precisa de ser abordado más allá de la pretensión de medir el rendimiento escolar solamente en términos estadísticos, puesto que se trata de espacios donde tienen lugar un sinnúmero de interacciones entre los individuos que asisten a ellos.
5 Se hace referencia a la Zona Altos-tsotsil-tseltal como un punto de reflexión, es decir, un recurso intelectivo que sirve de plataforma para dar el giro de la problemática hacia otras regiones del estado y del país en trabajos futuros.
En suma, dar un giro hacia la signifi cación de los espacios educativos por parte de quienes forman parte del proceso y que provienen de una diversidad cultural, que si bien es cierto borda un precioso ramillete de lentejuelas étnicas, al mismo tiempo da forma al calvario en que puede llegar a convertirse el proceso de enseñanza – aprendizaje del inglés, para unos y para otros, para ustedes y nosotros, para quien pretende educar y para quien soporta ser educado.
Unos por percepción salarial, otros por percepción numérica, vale la pena soportar la vorágine, pero no es saludable para la consciencia olvidar el pasado colonial que nos abraza.
BIBLIOGARFÍA
Beasley-Murray, J. (2010). Poshegemonía. Teoría y política en América Latina.
Buenos Aires: Paidós.
Bourdieu, P. (2009). Entrevista extraída de http://www.youtube.com/watch
De Alba, A. (Comp.). (2004). Posmodernidad y educación, México: UNAM.
De Sousa, S. (2000). Crítica de la razón indolente: contra el desperdicio de la experiencia. Para un nuevo sentido común: la ciencia, el derecho y la política en la transición paradigmática. Montevideo: Trilce.
Fernández Pérez, M. (1999). Evaluación y cambio educativo: El fracaso escolar.
Madrid: Morata.
Giddens, A. (1995). La constitución de la sociedad. Bases para la teoría de la estructuración. Buenos Aires: Amorrortu editores.
López y Rivas, G. (1998). Antropología, minorías étnicas y cuestión nacional.
México: ENAH.
Lyotard, J. (1987). La condición postmoderna. Informe sobre el saber. Buenos
Aires: Cátedra.
Macedo, D., Dendrinos, B. y Gounari, P. (2005). Lengua, Ideología y poder: la hegemonía del inglés. Barcelona: Grao.
Phillipson, R. (1992). Linguistic imperialism. Oxford: Oxford University Press.
Rincón Ramírez, C. (2001). El futuro de la sociedad chiapaneca. Chiapas:
Universidad Autónoma de Chiapas.
Schmelkes, S. (2005). Conferencia presentada en el Encuentro Internacional de Educación Preescolar: Currículum y Competencias. Organizado por Editorial Santillana y celebrado en la Ciudad de México, los días 21 y 22 de enero de 2005.