<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=186146087706618&amp;noscript=1"> Mejorando la práctica intravenosa mediante la implementación de un curso-taller. Año 1. Número 1

Mejorando la práctica intravenosa mediante la implementación de un curso-taller. Año 1. Número 1

10 min de lectura

Autora: Ma. Genoveva Reséndiz Gutiérrez.

RESUMEN

Es imprescindible que el personal de Enfermería cuente con una capacitación continua para garantizar la calidad de la atención a los usuarios en los diferentes procesos; por ello se debe de educar a adultos en su trabajo o para el mismo, considerando el aprendizaje previo para detectar debilidades a través de la impartición de cursos-talleres en donde se conjunte teoría y práctica. Así se pretende incrementar la habilidad en la Terapia de Infusión Intravenosa como una competencia específica de las enfermeras. Sobre esto versa el presente artículo.

PALABRAS CLAVE:
Curso, taller, capacitación, continua, terapia, infusión, intravenosa.

INTRODUCCIÓN

Cada día en el mundo actual se producen cambios rápidos y constantes que afectan la actividad laboral, por ello es necesario que el personal de las diferentes instituciones públicas y privadas se mantenga capacitado para enfrentar los retos de manera favorable para ser competitivo dentro de su ámbito de desempeño.

Las Instituciones de Salud no son ajenas a lo anterior, por eso es imprescindible que el personal cuente con una capacitación continua para garantizar la calidad de la atención a los usuarios en los diferentes procesos. Para alcanzar este fin es necesario considerar el aprendizaje significativo planteado por Ausubel (1983), donde refiere que “Los contenidos son relacionados de modo no arbitrario y sustancial, entonces el alumno ya dispone de ciertos conocimientos. Es decir, por relación sustancial y no arbitraria se debe entender que las ideas se relacionan con algún aspecto existente específicamente relevante de la estructura cognoscitiva del alumno”.

De acuerdo con esta condición, si se pretende educar a adultos en su trabajo o para su trabajo, se debe tener en cuenta el aprendizaje previo, el obtenido por la experiencia en la vida diaria y laboral para detectar debilidades que permitan impulsar su crecimiento y ayudarlos a sentirse motivados por el incremento en su productividad.

Como refieren García, Gamboa y Fernández (2004), “El proceso educativo en los adultos requiere tomar en cuenta sus características biopsicosociales, así como sus experiencias previas, presentes y futuras o deseables”, es decir, se debe tomar en cuenta todo su entorno.

En este sentido, la Ley Federal del Trabajo (Secretaría del Trabajo y Previsión Social, 2012) menciona en el Artículo 3 que “Es de interés social promover y vigilar la capacitación, el adiestramiento, la formación para y en el trabajo, la certificación de competencias laborales, la productividad y la calidad en el trabajo, la sustentabilidad ambiental, así como los beneficios que éstas deban generar tanto a los trabajadores como a los patrones”.

De ahí la importancia de que en cada institución se lleven a cabo programas de educación continua, lo que consta de una serie de actividades y programas anuales de aprendizaje que pueden ser teóricos, prácticos o ambos, los cuales se realizan dentro o fuera de la institución por personal calificado y con dominio de las áreas que se desean fortalecer. Ya que es necesaria para mantener la actualización de conocimientos y mayores destrezas y habilidades en el desempeño laboral favoreciendo un cambio de actitud en el personal, pues la capacitación continua debe ser permanente y estar a la vanguardia ante los constantes cambios de la ciencia y la tecnología (ANUIES, 1999; Fernández S., 2004).

En un curso-taller se utilizan diversas estrategias didácticas con el fin de conjuntar la teoría con la práctica. Pues en “El taller se evalúan procesos en términos de producción y no de reproducción, se evalúan tanto las ausencias como las presencias, como la realización propia y la colectiva” (Jiménez, 2012).

Con la implementación de un curso-taller se pretende que el personal de Enfermería construya nuevo aprendizaje a partir de los conocimientos que ha adquirido anteriormente, para mejorar y perfeccionar técnicas y procedimientos que realiza con mucha frecuencia como la Terapia de Infusión Intravenosa. En este sentido, Zabalza y Zavalza (2010) mencionan que “Se debe de reforzar la competencia planificadora de quienes asisten al curso y esa competencia, integra conocimientos, prácticas y ciertas actitudes de disponibilidad y deseo de meterse en ello”.

Por lo cual, para la realización de este proceso se requiere tener conocimientos, destrezas, tacto, y poseer diferentes habilidades que permitan interactuar con el paciente por ser una técnica invasiva en el torrente sanguíneo con fines terapéuticos. Por este motivo es necesaria la actualización y la capacitación continua de las enfermeras por ser las encargadas de realizarlo, además con ello se detectarán de manera oportuna las posibles complicaciones que se pueden presentar en los usuarios que requieran de ella.

DESARROLLO

El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) es una organización gubernamental que implementa diversos planes, normas y programas dirigidos a mantener y restablecer la salud de los trabajadores del gobierno federal, por lo cual, su personal debe estar en constante capacitación que permita asegurar la calidad de la atención sanitaria.

Es por ello que al interior de este Instituto existe una Comisión de Capacitación que se encarga de realizar diferentes tareas enfocadas en favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje en sus trabajadores, como lo son cursos teóricos, talleres y curso-taller, en este último, como lo mencionan Rodríguez y Rodríguez de la T. (2010):

“Los participantes, incluido quien lo coordina y guía, exponen su información, opiniones, experiencias, argumentos, etc. y queda tiempo suficiente para debate, conclusiones y propuestas, lo cual enriquece los temas que se traten y es mucho más formativo que lo que se logra con un curso típico. Para que el tiempo sea suficiente, la parte informativa se pide por separado, con anticipación, proporcionando y/o señalando material didáctico al respecto” (Rodríguez y Rodríguez de la T., 2010).

Por lo anterior es necesario que se realicen cursos-talleres en los que se mezcle la teoría con la práctica para alcanzar diferentes objetivos, al perfeccionar o mejorar las diversas técnicas y procedimientos que el personal de Enfermería realiza con los pacientes. Es así que la protección a la salud es un derecho social y deriva de un gran compromiso hacia la población, pues muchos y grandes logros se han obtenido como resultado de la implementación de diversos programas y acciones en la materia, pues la salud representa la base para un desarrollo biopsicosocial pleno.

Por otro lado, en el campo hospitalario es importante considerar las infecciones nosocomiales pues incrementan la morbi–mortalidad y por consecuencia los días de hospitalización, lo que aumenta el gasto económico (DOF, 2009).

Dentro de la Clínica Hospital ISSSTE Rio Verde, la evidencia empírica refleja la incidencia de los casos de flebitis, hematomas y extravasaciones, además de existir poco impacto en la vigilancia epidemiológica, de ahí la importancia de reforzar los conocimientos sobre Terapia de Infusión Intravenosa con el propósito de evitar complicaciones en los pacientes.

En este sentido, fue en el Programa Nacional de Salud 2001-2006, donde se estableció como estrategia esencial a fin a la “Cruzada Nacional por la Calidad de los Servicios de Salud”, la evaluación de la calidad y la comparación del desempeño administrativo entre unidades de salud, mismo que fue delimitado a través de indicadores de calidad como lo menciona la Comisión Interinstitucional de Enfermería (2003), entre los que se encuentra el de “Vigilancia y control de venoclisis instalada”. En este se describen las siete acciones principales de la enfermera para prevenir complicaciones nosocomiales asociadas a la Terapia Endovenosa y que son evaluadas con una opción de respuesta dicotómica a través de un formato de observación y un manual de llenado para evaluar a las enfermeras en la correcta instalación, mantenimiento y control de la misma, previniendo complicaciones como infiltración, edema, hematoma y flebitis.

Actualmente, las instituciones de salud realizan esfuerzos por brindar una atención de calidad para “asegurar el acceso efectivo a servicios de salud con calidad” pues es uno de los objetivos que contempla el Programa Sectorial de Salud 2013-2018.

Por lo tanto, el personal de Enfermería requiere capacitarse para adquirir conocimientos técnicos, teóricos y prácticos que le permitan mejorar el desempeño de su actividad, pues “la capacitación consiste en proporcionar a los empleados, nuevos o actuales, las habilidades necesarias para desempeñar su trabajo” (Dessler, 1994).

Es así que la capacitación continua se convierte hoy en una herramienta indispensable para asegurar que se cuenta con el personal calificado en la realización de los diversos procesos para garantizar una atención hospitalaria de calidad.

Hoy la educación continua y la capacitación del personal de Enfermería constituyen la base para mantener la productividad institucional contribuyendo en que se presenten menos accidentes y errores que se originan durante la atención, los cuales pueden afectar al paciente, al personal o a ambos (Chakraborty et al., 1999; Robertson, Higgins, Rozmus y Robinson, 1999).

Es decir, que se espera que el personal que es capacitado tenga cambios positivos en su conducta y que ésta vaya encaminada a la mejora continua de los procesos, para ello se debe tomar en cuenta el Principio de Programación de Piaget el cual consiste en que “El alumno avance paso a paso, sacando de cada segmento de información las respuestas que él considere correctas, a manera de un examen de opción múltiple, para que verifique su resultado y de esta forma se pueda confirmar o retroalimentar” (García, 2006).

En relación a lo anterior, es importante resaltar que la NOM-022 -SSA3-2012 menciona:

“Que el personal encargado de la administración de la terapia intravenosa preferentemente deberá ser aplicada por personal profesional de salud, en caso de que no se cuente con personal profesional podrán aplicar la terapia de infusión los técnicos del área de la salud. En ambas situaciones, el personal de salud deberá cumplir con las siguientes características:

Conocimientos de: Anatomía, fisiología de la piel y del sistema vascular, farmacología, bioética, uso de materiales y tecnologías en la terapia de infusión, control de infecciones.

Procedimentales: Capacidad para evaluar el sitio de punción, el tipo de terapia de acuerdo a las necesidades de tratamiento, así como seleccionar adecuadamente los materiales además de tener habilidad para la inserción del catéter, el mantenimiento de la vía y el retiro de la terapia de infusión intravenosa.

Actitudinales: Capacidad para interactuar con el paciente, su familia y con los integrantes del equipo de salud” (DOF, 2012).

Con lo anteriormente expuesto se observa que la Terapia de Infusión Intravenosa es un procedimiento de alta complejidad y que realiza la enfermera desde etapas tempranas (cuando está en formación) por lo cual es evidente la necesidad de una supervisión de las enfermeras en aras de formar más especialistas, capaces de enfrentar los procedimientos de enfermería, entre ellos los abordajes vasculares profundos y los no vasculares, con el mayor profesionalismo posible (Baños, Sánchez, Sánchez y Hernández, 2009).

Dado que las enfermeras son las que están en contacto directo con el paciente ambulatorio u hospitalizado las 24 horas, los 365 días del año, además de proporcionar cuidados con calidad y fundamento científico, ejercen la función docente con alumnos en formación, con sus pacientes y con los familiares de ellos. Dicha orientación debe estar dirigida al plan terapéutico de sus usuarios con el fin de recuperar o mantener en óptimo estado la salud de los pacientes.

Como parte fundamental del equipo de salud interviene de manera directa en el plan terapéutico, por lo cual es la responsable del éxito o fracaso del mismo en cada uno de los pacientes que atiende (Victoria et al., 2004).

Es así que el profesional de Enfermería debe disponer de un amplio bagaje de conocimientos que le permitan enfrentar con éxito las diferentes problemáticas a las que se enfrenta en el mundo laboral, ya que la Enfermería “es una disciplina fundamental en el equipo de salud, su creciente aportación en los procesos de mantenimiento o recuperación de la salud del individuo, familia o comunidad en las diferentes etapas de la vida, han demostrado el papel que desempeña” (DOF, 2013).

Por lo tanto, el profesional de Enfermería deberá proporcionar una atención de calidad, libre de riesgo, bajo un enfoque holístico en las diferentes áreas en las que se desempeñe y deberá permanecer siempre en una capacitación continua que le permita cumplir con dichos objetivos.

CONCLUSIONES

La capacitación continua en Enfermería es primordial pues las instituciones de salud requieren de personal competente, actualizado en conocimientos, con habilidades procedimentales y tecnológicas, lo que se verá reflejado en una disminución de gastos generados por complicaciones por una mala práctica.

Es necesario que todo el personal de la Institución reciba la misma información y capacitación para unificar los conceptos y las técnicas que la enfermera realiza con el paciente. Además se requiere que incorporen las aptitudes (manejo de herramientas y técnicas) y actitudes (cooperación) para poder aplicar una filosofía de mejora continua en la que puedan tomar parte.

La realización de un curso-taller sobre Terapia de Infusión Intravenosa con el personal de Enfermería permitirá mejorar su práctica, ya que se pretende que el personal reaprenda el procedimiento bajo fundamento científico, lo que permitirá optimizar tiempos, evitar desperdicios, prevenir complicaciones y fomentar la protección de la salud del personal.

Por otro lado, el hecho de contar con personal de Enfermería preparado y calificado evitará posibles implicaciones legales en las que se pudiera ver inmerso por una mala práctica.

BIBLIOGRAFÍA

ANUIES. (1999). Programa Nacional de Extensión de la Cultura y los Servicios. México: Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior. Recuperado de http://www.e-continua.com/documentos/indicadores2008.pdf.

Ausubel, N. (1983). Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo. México: Trillas.

Baños, S., Sánchez, G., Sánchez, P. y Hernández, G. (2009). Evaluación y capacitación del personal de Enfermería. Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Rev Ciencias Médicas, 13(4).

Chakraborty, N., Sinha, B. N., Nizamie, S. H., Sinha, V. K., Akhtar, S., Beck, J. y Binha, B. (2006). Effectiveness of continuing nursing education program in child psychiatry. J Child Adolesc Psychiatry Nurs, 19(1):21-28.

Comisión Interinstitucional de Enfermería. (2003). Evaluación de la calidad de los servicios de enfermería. Tres indicadores de aplicación intrahospitalaria. México: SSA.

DOF. (2009). Norma Oficial Mexicana NOM-045-SSA2-2005, para la vigilancia epidemiológica, prevención y control de las infecciones nosocomiales en los Estados Unidos Mexicanos. México.

DOF. (2012). Norma Oficial Mexicana NOM-022-SSA3-2012, que instituye las condiciones para la administración de la terapia de infusión en los Estados Unidos Mexicanos. México.

DOF. (2013). Norma Oficial Mexicana NOM-019-SSA3, Para la práctica de enfermería en el Sistema Nacional de Salud en los Estados Unidos Mexicanos.

DOF. (2013). Programa Sectorial de Salud 2013–2018. Recuperado de http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5326219&fecha=12/12/2013

Dessler, G. (1994). Administración de personal. México: Prentice Hall.

Fernández S., N. (2004). Factores psicopedagógicos de influencia en la deserción de actos académicos de educación continua por internet. Investigación de campo. México: Universidad Nacional Autónoma de México.

García, G., Gamboa, M. y Fernández, S. (2004). Gestión de la educación continua y la capacitación. México: Manual moderno.

García, G. (2006). Piaget. La formación de la Inteligencia. México: Trillas.

Jiménez, V. (2012). Pedagogía Lúdica: El taller cotidiano y sus aplicaciones. Colombia: Kinesis.

PNS. (2001–2006). Programa de Acción: Cruzada Nacional por la Calidad de los Servicios de Salud. México: SSA.

Robertson, E. M., Higgins, L., Rozmus, C. y Robinson, J. P. (1999). Association between continuing education and job satisfaction of nurses employed in long-term care facilities. J Cont Educ Nurs, 30(3):108-13.

Rodríguez, N. y Rodríguez de la T. (2010). Características de un curso, para lograr la formación integral. Ponencia presentada en el 4 foro nacional de ciencias básicas. México.

Secretaría de Salud. (2001). Programa Nacional de Salud 2001-2006. México: SSA.

Secretaría del Trabajo y Previsión Social. (2012). Ley Federal del Trabajo. (Última Reforma Publicada en el Diario Oficial de la Federación: 30 de noviembre). México.

Victoria, O. et al. (2004). Recomendaciones específicas para enfermería sobre el proceso de terapia endovenosa. Rev CONAMED, 9:71-81.

Zavalza, B. y Zavalza, C. (2010). Planificación de la docencia en la universidad. Elaboración de las guías docentes de las materias. Madrid: Narcea.