La violencia como factor psicológico que lleva a una mujer a cometer homicidio hacia su pareja sentimental. Año 2. Número 3.
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Autora: Blanca Maribel Balderas Muñiz.
RESUMEN
El presente artículo registra el homicidio y sus características penales en México. Se enmarca con un caso ejemplificado en una entrevista a la inculpada y sentenciada por un crimen de este tipo. En el texto se plantean cuáles son las condiciones que orillan a una mujer a tomar una decisión como la que se reporta mediante la entrevista.
PALABRAS CLAVE: Homicidio, mujer, violencia.
INTRODUCCIÓN
El homicidio producido por la mujer ocurre para solucionar un conflicto interpersonal, este conflicto estalla y se desencadena después de un lento proceso en el que la mujer se siente decepcionada, marginada y humillada, es el inicio de su venganza manifestada de una manera muy lenta.
En este tipo de crímenes la mujer espera que su víctima esté en la condición adecuada, por ejemplo, dormido para agredirlo hasta matarlo; en otros casos envenenándolo en pequeñas dosis u otras formas.
“El comportamiento violento, se constituye en la interacción de diferentes factores, así, se establece una aproximación a través de contextos explicativos, a saber” (Franco, 2001).
La literatura menciona que el homicidio está vinculado a procesos psicóticos que se manifiestan en la descarga agresiva y violenta y en diferentes niveles que llegan hasta situaciones primitivas.
“Las mujeres también son capaces de asesinar tanto a sus compañeros sentimentales como a personas extrañas y pueden igualmente ser asesinas en serie” (Arango Agualimpia y Guerrero Zapata, 2005).
“La mujer aún en sus delitos y en la naturaleza de su participación refleja su socialización, porque es cierto que las conductas delictivas de la mujer están muy relacionadas con las características sociológicas y con el papel que desempeña la mujer dentro de la sociedad y la cultura mexicana” (Arango Agualimpia y Guerrero Zapata, 2005).
En los centros penitenciarios mexicanos la población de internos homicidas fluctúa entre el 10 y el 15% de los sentenciados tanto hombres como mujeres (Cámara de Diputados, 2007). Este porcentaje es constante y se mantiene en los 451 centros penitenciarios del país.
Dado que el homicidio tiene que ver con lo irreparable importa conocer este fenómeno, puesto que de este conocimiento podrían adoptarse algunas medidas para disminuir su incidencia. Es decir, entre más se conozcan los factores que lo propician se estará en mejores condiciones para prevenirlo o evitarlo.
Al hablar de homicidio se abren una serie de interrogantes dada la complejidad y la profundidad del tema. Sobre todo si se piensa que es un tema que indudablemente tiene facetas psicológicas y criminológicas.
El homicidio se convierte en un acto humano del que siempre habrá algo que escape al análisis; que se sitúa más allá de la comprensión de lo que no es posible ni hablar ni escuchar, porque se ubica más allá de diversos factores y más cerca, si se quiere, del indescifrable misterio con el que se enfrenta la muerte (Amato, 2007).
DESARROLLO
¿Qué es el homicidio?
En latín el término homicidio significa “matar a un ser humano” (homo: hombre; caedere: matar). Un homicidio siempre implica el uso de violencia y los métodos para realizar tal tarea pueden variar, aunque por lo general suelen verse determinados patrones de metodologías de acuerdo a la situación en la cual se da el crimen.
Por lo general, y a muy grandes rasgos, los homicidios pasionales se resuelven con armas blancas, mientras que los que son consecuencia de robo o asalto se realizan a través de armas de fuego (Definicionabc.com, 2007).
En México, la ley tipifica el homicidio como uno de los crímenes más graves que el ser humano puede realizar, ya que atenta directamente contra la seguridad y el bienestar de los individuos que componen a la comunidad o sociedad.
La legislación de cada país establece, entonces, las penas y los castigos adecuados a cada tipo de situación, aligerándolos o agravándolos en cada caso de acuerdo al modo en que el homicidio se llevó a cabo, podemos encontrar diferentes designaciones.
Valadés y Carbonell (2005) mencionan en el Diccionario Jurídico Mexicano los tipos de homicidio.
• El homicidio culposo.
• El homicidio doloso.
• El homicidio simple.
• El homicidio preterintencional.
Es importante mencionar que la atribución del homicidio doloso se acostumbra a realizar con base en razonamientos que pueden perjudicar a las mujeres. Los tribunales se basan en indicios de que la intención de asesinar a una persona es latente.
La Ley considera ciertos elementos como agravantes al establecer la pena y entre ellos se mencionan: la existencia de lazos familiares o sanguíneos, la tortura, la mutilación, la violación o el abuso sexual. “Del mismo modo, la pena puede ser menor si se prueba que el homicidio se ha cometido en legítima defensa, para la prevención de un crimen mayor, por estado de inconsciencia, por coacción o por inanidad” (Definicionabc.com, 2007).
En el artículo 302 del Código Penal Federal se estipula que el homicidio implica: “Comete el delito de homicidio el que priva de la vida a otro” (Ortiz, 1999).
La literatura nos habla acerca de diversos aspectos primitivos, donde algunas mujeres pueden tener y que describen aspectos muy particulares que se consideran como parte de la teoría criminal, lo que introduce a la mujer dentro del ámbito de la criminología.
Teoría Criminal.
El 15 de abril se considera como fecha oficial para el nacimiento de la Criminología como ciencia, expuesta por Lombroso (1876) Tratado Antropológico Experimental del Hombre Delincuente el cual se retoma por Manzanera (2007), en donde estipula los diferentes tipos de criminales que se detectaron y que se exponen a continuación:
• Criminal nato.
• Delincuente loco moral.
• Delincuente loco.
• Delincuente histérico.
• Delincuente mattoide.
• Delincuente pasional.
“Desde la sangre que derrama Caín el crimen no ha cesado los catálogos de conductas prohibidas, no sólo no disminuyen, sino que las leyes encargadas de relacionarlas se cuentan por millones en el planeta” (Elías Neuman, 2004).
Tipos de violencia como factor psicológico que influye en una mujer homicida.
El Instituto de Salud del Estado de México (2010) menciona que la violencia es un factor que propicia que una mujer actúe de diversas maneras, una de ellas es el homicidio a su pareja sentimental o a su cónyuge, crimen que degenera la integridad de la mujer y como consecuencia la lleva a ser privada de su libertad.
La violencia es un fenómeno social de consecuencias criminalmente relevantes, ha presentado tendencias a la alza en los últimos años, dicha tendencia no es exclusiva de la sociedad mexicana, sino que se presenta en otros países de nuestro entorno continental.
Corsi (2006) describe la violencia como una conducta violenta que implica una búsqueda de eliminar los obstáculos que se oponen al propio ejercicio del poder, mediante el control de la relación que se obtiene a través del uso de la fuerza.
Por otra parte, en términos similares, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2008), menciona que la violencia contra la mujer es cualquier conducta basada en su género que cause muerte, daño o sufrimiento. Sin embargo, la literatura habla acerca de la violencia de género, que comprende todo aquel trato o condicionamiento sobre las mujeres con objeto de relegarlas a un papel de supeditación, dependencia o atemorización.
La violencia se entiende por los malos tratos a la mujer como aquellos que se producen en el ámbito doméstico, privado, equiparables a modelos de conducta y de comunicación propios de una relación asimétrica, no equitativa de dominación en la que el agresor tiene una relación sentimental o conyugal.
La violencia se genera por “inestabilidad y relaciones conflictivas, donde es común la convivencia dentro de hogares desestructurados, estando la figura paterna y/o materna ausentes, la falta de vínculos afectivos significativos, positivos y duraderos, así como la experiencia de abuso y maltrato tanto físico como verbal, siendo esta última más frecuente en las mujeres que en los hombres” (Parra Dionicio y Louis García, 2004).
La violencia siempre ha estado presente en la sociedad. La discriminación que viven las mujeres en la calle, escuela, trabajo y en su propia casa no se consideraba un asunto importante y mucho menos sobre el que tuviera que haber leyes para evitarla. El reclamo de muchas mujeres de todo el mundo dio origen a que se desarrollara la conciencia sobre los derechos de las mujeres para crear leyes y herramientas legales para reglamentarla.
Por lo anterior se implementó la Ley General de Acceso de las mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007), la cual define que la violencia hacia las mujeres es cualquier acción u omisión, directamente relacionada con su género que cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico y sexual o incluso la muerte tanto en el ámbito privado como en el público. Esta ley fue implementada a nivel nacional para la protección de la mujer, ya que en diversas partes de la ciudad una mujer puede vivir violencia. Esta ley considera diversas formas de violencia que puede presentar una mujer.
La violencia en la mujer se puede manifestar de diversas formas y en distintas entidades. El Instituto de la Mujer del estado de San Luis Potosí (2008) postula los tipos de violencia que presenta la mujer.
1. La violencia psicológica
2. La violencia física.
3. La violencia sexual.
4. La violencia económica.
a) Violencia patrimonial.
b) Violencia docente.
c) Violencia feminicida.
Corsi (2006) menciona que la violencia familiar y conyugal forma parte de la violencia hacia la mujer. La violencia familiar alude a todas las formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre los miembros de la familia, enmarcada en un contexto de desequilibrio incluyendo conductas que ocasionan daño físico y psicológico a otros miembros de la relación. La violencia conyugal, cuando la mujer es víctima por parte del esposo o compañero sentimental, es uno de los casos más frecuentes de violencia doméstica. La intensidad del daño varía desde el insulto hasta el homicidio.
“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”, Mahatma Gandhi.
En México, una de cada cuatro mujeres vive maltrato de algún tipo por parte de su pareja (Instituto de la Salud del Estado de México, 2010). La violencia está siempre latente y se puede presentar en alguna de las formas que se mencionaron con anterioridad causando daños irremediables.
En la teoría revisada hay información sobre los diversos factores que influyen en una mujer para que cometa un homicidio, principalmente hacia su pareja sentimental. Uno de ellos es la violencia. La violencia puede presentarse de diversas formas y afectar al ser humano en su entorno.
La violencia psicológica hace referencia a aquella que se produce dentro del hogar, mediante amenazas, insultos, humillaciones, desprecio, principalmente hacia la mujer, desvalorizando su trabajo y sus opiniones, llegando incluso a la indiferencia o el silencio que “provocan en ella sentimientos de culpa e indefensión, incrementando el control y la dominación del agresor sobre la víctima” (García Hernández, 2005).
La violencia física es la más sobresaliente, pueden ser percibida objetivamente por otros y deja huellas externas. “Se refiere a empujones, mordiscos, patadas, puñetazos, etc., causados con las manos o algún objeto o arma. Es la más visible, y por tanto facilita la toma de conciencia de la víctima, pero también ha supuesto que sea la más comúnmente reconocida social y jurídicamente, en relación fundamentalmente con la violencia psicológica” (García Hernández, 2005).
Estas formas de violencia son causas para que una mujer cometa un delito, en este caso el homicidio a su pareja sentimental, cuando después de mucho tiempo de este tipo de maltrato la mujer opta por una solución extrema. E incluso años después suele ser difícil para ella asimilar el acto cometido contra su pareja.
Por otra parte, debido a la situación de violencia, en ocasiones extrema, que experimentaron las mujeres inculpadas de homicidio, es difícil que manifiesten lo sucedido. Incluso hay casos de mujeres que, sin decirlo, parecieran experimentar una cierta satisfacción por haber podido dar término a la situación en la que se encontraban. Otras se lamentan de no haber tenido a su alcance el apoyo que les permitiera librarse y escapar de aquella relación.
La edad de las mujeres que cometieron el delito de homicidio es variada. La gran mayoría de los homicidios son cometidos por personas que han sufrido violencia ya sea física, sexual y psicológica al casarse a una temprana edad.
Lo que resulta significativo es que estas mujeres abandonaron su hogar a una edad muy temprana y establecieron su primera relación de pareja y muchas tuvieron su primer embarazo.
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“El homicidio que comete una mujer, no es como el de un hombre, que es generalmente alentado por el alcohol o el dinero, es decir impulsivo, sino generalmente es preparado minuciosa y sádicamente y responde a un proceso lento que estalla después de que la mujer se ha sentido seriamente degradada y humillada” (Totmam, 2007). Generalmente va vinculado a una serie de abusos psicológicos que hacían la vida intolerable a la mujer (Amanto, 2007).
“Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”, Mahatma Gandhi.
Entrevista y un caso clínico con una interna.
Se realizó una entrevista y se indagó sobre el caso de una mujer que cometió un homicidio a su agresor para complementar la información e investigación reportada en este artículo. Se acudió al Centro de Readaptación Social (CERESO) en el municipio de Matehuala, del Estado de San Luis Potosí con la autorización del director de la institución después de explicarle los fines de la investigación.
Se llevó a cabo la entrevista con una interna del CERESO acusada de homicidio a su esposo. Se realizó con previa autorización, explicando los objetivos de la entrevista, así como el uso de la información obtenida para los fines de esta investigación.
Se realizó la entrevista semi-estructurada (Diáz Portillo, 1998) con el objetivo de indagar sobre los factores que propiciaron el homicidio.
Estudio de caso.
El caso que se describe a continuación fue realizado en las instalaciones del CERESO de Matehuala, municipio de San Luis Potosí. El propósito de la entrevista fue obtener información para conocer los indicadores psicológicos que provocan que una mujer cometa homicidio, para complementar la investigación y así corroborar lo expuesto al inicio del artículo.
Información de la entrevista.
María es una mujer de 65 años cumpliendo una sentencia (21 años y 3 meses) por homicidio contra su esposo. Su historia la cuenta así:
Nací en Veracruz en el municipio de Corozal, ahí viví cuatro años aproximadamente. Después mis padres me llevaron a vivir a Ciudad Valles al municipio de Tancuayalab. Viví 49 años con mis dos hermanos. Mis padres eran un poco estrictos, no les gustaba que jugara con nadie y si salía con mis padres me tenía que tapar toda de pies a cabeza, sólo veía el piso al caminar.
Yo hablo dialecto Náhuatl y quería ir a la escuela pero mis padres no querían que estudiara, no sé leer ni escribir, fui aprendiendo el español a través del tiempo. Aún sé hablar el dialecto Náhuatl. Mi padre se dedicaba a la agricultura y mi madre siempre fue ama de casa.
Mis padres solamente una vez me pegaron a cuerazos, muy feo, porque me escapé a jugar con unas niñas. Esa fue la peor golpiza que sufrí de pequeña. Con mis hermanos mi relación siempre fue muy buena, éramos una familia muy unida. Cuando cumplí 15 años mis padres me casaron con una persona que no quería, antes se acostumbraba casar a los hijos con los hijos de los conocidos de los padres.
Desde ese momento empecé a sufrir como nunca, me casé y, sin quererlo, me violó para tener a mi primer hijo, me hubiera gustado que no fuera así, que hiciéramos el amor y planear nuestro bebé, pero no fue así. Siempre me obligaba a tener relaciones cuando yo no quería y así nacieron todos mis hijos, mediante forcejos y sexo involuntario.
Desde que me casé viví con mi suegra cuatro años, en algunas ocasiones mi suegra me encerraba en un cuarto para tener relaciones con mi exesposo, él siempre me pegaba hasta dejarme inconsciente, los golpes empezaron con cachetadas y luego con golpes en el cuerpo.
Después me golpeaba con una riata, con la que le pegan a los caballos, me pegaba hasta que se cansaba, en algunas ocasiones me pegaba porque quería y en otras por celos. Siempre me decía que me veía con otro y nunca fue cierto, yo siempre estaba en la casa, limpiando, haciendo de comer para él. En muchas ocasiones me quedé dormida afuera de la casa, incluso cuando llovía pues mi suegra me sacaba porque decía que ensuciaba adentro y mi exesposo nunca decía nada.
Nunca me compró una cama para dormir, siempre me acostaba en el piso con unas sábanas y una cobija. Mi exesposo y mi suegra sí tenían una cama para cada uno, no sé todavía por qué fue así conmigo, hasta que le dije a mi hermano cómo me trataba. En algunas ocasiones mi hermano veía los golpes cuando yo visitaba a mis padres. Hablaron con mi exesposo y le dijeron que si no me tenía una casa para vivir los dos, con mis hijos, me iban a llevar con mi familia porque ahí iba a estar más segura.
Mi exesposo consiguió una casa prestada, en esa casa vivimos por un buen tiempo, pero él me seguía pegando más que nunca, me humillaba, siempre me jaloneaba y gritaba, cada vez que me pegaba me decía “no sirves para nada ni como mujer”, yo me sentía mal cada vez que me lo decía, me aguanté por muchos años, le conté a mis papás qué era lo que estaba pasando, pero mis padres me desilusionaron al decirme “Te tienes que aguantar por tus hijos”.
Así que me aguanté, en ese sitio nacieron la mayoría de mis hijos con una partera, porque el doctor se encontraba muy lejos, teníamos que ir al pueblo para que me atendiera y tardábamos mucho en llegar, así que siempre me alivié en la casa.
Uno de mis hijos murió en mi vientre a causa de los golpes, pues un día mi exesposo me pateó en el estómago hasta matarlo, era el penúltimo hijo, yo no me había dado cuenta pero ya no se movía mi bebé, ya tenía una semana así, le mandé a hablar a una partera y me dijo ¡Tu hijo está muerto!
En esos momentos intentó sacármelo, pero no pudo, yo quedé inconsciente perdiendo mucha sangre ya que tuve que esperar a que me llevaran al doctor. A partir de ahí me surgió un gran odio hacia mi exesposo. Eso fue algo que me pasó en el trascurso de mi vida, fue difícil y siento que sufrí mucho. Pero por sacar a mis hijos adelante aguanté todo lo que me hacía mi exesposo, pues él nos mantenía.
El día que empecé a tenerle más odio a mi exesposo fue cuando violó a mi madre, todo pasó cuando salí a comprar cosas para preparar la comida y dejé a mi madre y a mi hijo más chico, me tardé un poco en la tienda. Cuando regresé la puerta estaba cerrada, toqué y me abrió mi exesposo. Mi hijo estaba solo jugando afuera en el patio.
Me metí al cuarto de mi madre y la vi llorando, yo le preguntaba por qué estaba llorando y ella me decía que nunca iba a regresar a vivir conmigo. Yo le preguntaba ¿por qué? Le pedía que me dijera qué tenía y mi madre no me contestaba, hasta que levanté la cobija donde estaba acostada y tenía mucha sangre, fue cuando me dijo que mi exesposo la había violado.
En ese momento le reclamé a mi exesposo y le dije ¡cómo pudiste violar a mi madre si tiene 70 años de edad! Y él me contestó ¡es mujer como tú! Desde ahí en adelante lo odié más. Me pregunté ¡cómo pudo hacerle eso a mi madre!
Él me seguía pegando y obligaba a tener relaciones sexuales cada vez que quería, me insultaba por cualquier cosa, yo ya estaba acostumbrada a que me humillara siempre. Yo le tenía mucho coraje pero no podía irme, no sabía cómo.
Un día dejé de tener relaciones con él pues lo encontré teniendo relaciones sexuales con animales y me dio mucho asco. Le dije que nunca tendría relaciones con él. Lo encontré en la cama con una cochina, era algo asqueroso, él no se dio cuenta porque yo entré a la casa cuando escuché muchos ruidos, me asomé al cuarto mientras hacía sus cochinadas. Me salí rápidamente y me llevé a mis hijos afuera, esperé una hora y después me metí a la casa, lloré por lo que había hecho. Nunca pensé que fuera capaz de hacer algo así.
Me llené de odio hacia mi exesposo, ya no lo quería para nada, lo único que ya no hacía era pegarme porque mi hijo más grande me defendía. Después, cuando mis hijos ya estaban más grandes, él llevó a un amante a vivir a la casa, duré así un año hasta que mis hijos no soportaron esa situación y me fui a vivir al pueblo con mis hijos a la casa de mi madre, en ese momento conocí a Manuel, mi actual esposo. Manuel y yo tuvimos una relación de 10 años aproximadamente, salía con él y me sentía muy bien.
Hasta que regresó mi exesposo a buscarme al pueblo, a la casa de mi madre, y a pedirme perdón y que regresara con él. Yo no quería, le puse condiciones de dormir separados y que me dejara salir. Yo y Manuel salíamos a escondidas, así duramos cierto tiempo hasta el día de la muerte de mi exesposo.
CONCLUSIONES
El homicidio fue planeado por la esposa y su amante. Ellos ya tenían un año planeando la muerte del exesposo. María y su amante Manuel habían contratado a dos personas para que lo mataran pero solamente uno de los dos aceptó hacerlo por la cantidad de $5,000.00.
María escuchó cómo estaban matando a su esposo. Ella ya sabía que a las 5:30 a.m. lo iban a matar. Ya le había dado instrucciones al sujeto que contrató de cómo y a qué hora lo mataran. Cuando lo encontraron muerto se generaron diversas hipótesis y tardaron pocos días en saber la verdad.
La señora María fue sentenciada el 5 de enero del 2004 a una condena de 21 años y 3 meses. Su actual esposo fue condenado con los mismos años de sentencia.
Con base en lo expuesto y a la entrevista realizada se puede concluir que dentro de los factores psicológicos que propician la comisión del homicidio se encuentran el maltrato y la violencia familiar en toda su tipología como antecedente al acto delictivo. También se rescata que durante el tiempo que la entrevistada vivió con su exmarido, uno de los factores que la motivaron a cometer el asesinato fue la violencia intrafamiliar y de pareja. Violencia que fue física, psicológica y sexual, teniendo que permitir empujones, golpes, heridas, tener relaciones sexuales forzadas y escuchar constantemente insultos y amenazas.
Todos estos factores propiciaron que la mujer entrevistada cometiera un homicidio, que podría considerarse en defensa propia, por venganza o por escasa afectividad. A pesar de ello, siempre resulta complejo entender todas las motivaciones que derivan en el acto delictivo y los sentimientos posteriores experimentados por la victimaria del mismo.
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