La formación docente desde la perspectiva de la pedagogía crítica en el siglo XXI Edición Especial No. 1
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Autor: Fernando Wilver Argüello García.
RESUMEN
La educación en México se encuentra en un proceso de evolución, donde las escuelas trabajan sin posibilidad de brújulas mágicas que orienten su maravillosa responsabilidad de formar a seres humanos como ciudadanos y donde el docente intenta cambiar paradigmas que benefi cien a la vida social, por lo cual es prioridad replantear la formación de los futuros profesores y la reorientar a los que ya se encuentran inmersos en la práctica docente.
PALABRAS CLAVE: Educación en México, formación docente, pedagogía crítica, instituciones educativas
INTRODUCCIÓN
En México, la educación formal se refi ere a una “actividad educativa inscrita en el sistema educativo legalmente establecido, se encuentra referida a la teoría formal de la educación” (Diccionario Enciclopédico de las Ciencias de la Educación, 2005), como elemento básico para el desarrollo de toda nación y este artículo permite coadyuvar a dilucidar incertidumbres, suspicacias y propone la adquisición de nuevas cosmovisiones de la magnitud educativa y la responsabilidad docente.
La “pedagogía no designa ya el acto de conducción, sino, en forma mucho más amplia, el estudio y la regulación del proceso de la educación; no es más la actividad misma o el ofi cio correspondiente, sino el afán por captar su esencia y su dirección” (DECE, 2005), a pesar de notar que la condición de la pedagogía como disciplina ha superado la mera guía del alumno para la consecución del aprendizaje, es importante notar que para “captar la esencia y dirección” del proceso educativo, se requiere un amplio compromiso de todos quienes lo integran. Razón para abordar la postura de la pedagogía crítica (PC).
DESARROLLO
Paulo Freire, el iniciador de esta corriente, en textos como Pedagogía del oprimido o La educación como práctica de la libertad, entre otros, plantea condiciones del proceso educativo desde esta óptica, que Quiroz (2006) expresa de la siguiente forma:
Con la pedagogía crítica, estamos en realidad ante un proceso de producción de conocimiento nuevo a partir también de una ruptura con la estrecha epistemología del fi n de la historia, actitud muy útil en esta época en la que ni la izquierda ha escapado a la esclerótica racionalidad que excluye toda posibilidad de soñar con un mundo mejor, que considera absurda la reconstrucción de la utopía, por eso destaca el interés de la pedagogía critica de renovar el discurso y abordar el análisis de la realidad.
Estamos, entonces, frente a una nueva manera de abordar la educación, una manera en la que lo que ocurre afuera, el contexto político, social, económico y cultural se vuelve una frontera infranqueable si no se realiza una labor intensa de reflexión de lo que cada contexto plantea a los integrantes del proceso educativo. Actualmente es Peter McLaren quien ha renovado la visión del marxismo en ámbitos de la PC de Freire, por lo que su propuesta resulta innovadora con respecto de la óptica de la “vida social” moderna.
Para la PC, el lenguaje se convierte en un instrumento de acción fundamental y herramienta condicionante del cambio educativo. Quiroz (2006) propone que da “al lenguaje un alto valor como forma de poder y resistencia que retroalimenta la utopía esperanzadora del socialismo y la convicción de que el capitalismo no es el fin de la historia”, sin duda una visión radical y consistente con la propuesta de Freire de las últimas décadas y de la visión marxista de la lucha de clases y los contratos sociales.
Y Quiroz acierta una vez más al decir que:
Estamos ante una nueva propuesta ontológica y epistemológica en la manera en que pensamos acerca del conocimiento y el ser; en la manera en que asumimos la crítica al capitalismo liberándonos de las cadenas epistémicas que nos impiden ver su esencia expoliadora vinculándonos a la construcción de un nuevo “ser” cuya fuerza radica en promover la potencialidad liberadora que hay en cada sujeto dominado (Quiroz, 2006).
Las aportaciones de la pedagogía crítica, particularmente la corriente que en sus orígenes creara Paulo Freire y cuyo principal exponente es hoy el Dr. Peter McLaren de la se inscribe en el proceso de una lectura renovada y creativa del marxismo, al aportar una visión novedosa de esa realidad basada en dicha corriente y sus categorías de análisis, con un lenguaje innovador que permite obtener lecturas nuevas sobre la vida social a la vez que reafirma dicha tesis (Quiroz, 2006).
La pedagogía crítica busca despertar de los sueños y las fantasías que la escuela como aparato ideológico del Estado ha inculcado en los ciudadanos comunes, por medio de mecanismos de dominación en los espacios escolares, como exámenes masivos en las sociedades neoliberales. Países latinoamericanos que se sujetan a políticas públicas internacionales, burocracia estatal y federal compartiendo el dominio administrativo de todo un pulmón social, como lo es la educación y la escuela misma como centro de reclusión temporal educativo, que asemejan a fuertes como Loreto y Guadalupe donde todo fue fortaleza y estrategia, ¿acaso la escuela es estrategia y fortaleza?
De las instituciones que existen en la sociedad, la escuela, su función y desarrollo, es de lo más lento y obsoleto para los nuevos fines de la humanidad, (de la humanidad, no para los propósitos capitalistas), la escuela ha cambiado muy poco a pesar de todos esos discursos y esfuerzos que la SEP ha planteado, esfuerzos politizados, discursos vacíos en su operatividad, que enajenan con singular alegría a la ciudadanía y a los agentes de la educación, utilizando no solamente a la escuela como paradigma, sino a los medios de comunicación, que seducen de manera práctica y significativa a las masas, y amparándome en lo que Noam Chomsky critica “mantener ocupada a las masas con información sin importancia, crear problemas para después buscar soluciones”, a eso él, le llama hegemonía del capitalismo moderno. La ignorancia es base fundamental para ser presa de la enajenación y manipulación política.
Los estudiantes se encuentran, en muchas ocasiones, en un limbo escolar, con tanta información que digieren día con día en esta sociedad moderna que va a alta velocidad (no así, la educación formal), en esta dinámica tecnológica básica, con relación a internet y las redes sociales, que provocan de una u otra manera la falta de interés hacia su propia educación, a sus padres y a sus profesores. ¿Por qué? Para que el maestro sea respetado, el maestro tiene que respetar a la juventud, sus ideologías y cosmovisiones, ya que el adolescente pide reciprocidad. Incluso el lector de estas líneas notará que la postura de la PC puede resultar fuerte a su forma de pensar si se encuentra en una posición más al centro o a la derecha en la vida, no sólo en la política. Y estos puntos de vista, diversos e incluso radicales, son lo que el docente no puede olvidar divisar en su salón de clases.
La formación docente
Hablaremos específicamente del profesorado, de su formación y su función, como sujeto investido de cierto poder, que le permite decidir dentro del aula de clases, imponiendo formas, ritmos, medios de evaluación, creándose su propia imagen de sujeto omnipotente (en ocasiones), inalcanzable en referencia a sus alumnos, imprescindible para la escuela y la sociedad. ¿Qué sujetos son idóneos para fungir el rol de profesores? ¿Quién decide qué requisitos debe tener un sujeto para ser profesor? ¿Quién es profesor? Estas fuertes preguntas tendrán respuestas y reflexiones igual de fuertes. La formación docente es siempre un tema con retorno, que se modifica con la atención de las políticas públicas y de los propósitos educativos de diferentes épocas. Hoy es deber del Estado y de la educación, analizar la formación docente y repensarla desde la perspectiva crítica, que también implica el rigor metódico, que no significa la reproducción positivista, sino crear y recrear condiciones que posibiliten aprender críticamente (estudiante y educador siempre curiosos).
CONCLUSIONES
Apunta Paulo Freire: “Sería en verdad una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollasen una forma
de educación que permitiese a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica”.
Pero frente a una afi rmación tan fuerte como la de Freire, se encuentra la posición de la pedagogía crítica. Una posición
que coloca a todos los integrantes del proceso educativo en una encrucijada de orden ético y social muy profunda, ya que continuar permitiendo que el sistema educativo lleve el camino por el que transita ahora, no es oportuno.
Pero tampoco resulta óptimo que el profesor, por mantener condiciones, privilegios o comodidades, permita que el sistema se descomponga. Desde la perspectiva de la PC, el profesor es un artífi ce de la nueva forma de pensar que requiere el estudiante moderno frente a los peligros de la globalización, la tecnología, el consumo y los medios de comunicación.
En este sentido, lo que propone este artículo es una profunda labor de refl exión. Particularmente del docente, que enfrenta retos que cambian tan de prisa que las teorías y los cursos de actualización deben ser su moneda de cambio.
E incluso si el punto de vista del docente no se acerca tanto al de la PC, pensar en una sociedad incluyente, diversa, con libertades que deben respetarse, derechos y obligaciones ganados y que deben ser exigidos, no es una locura. Puede ser un punto de partida de “renovación” que es la bandera más importante con la que los integrantes del proceso educativo deberían caminar por la vida.
BIBLIOGRAFÍA
Arnaut, A. (1998). Historia de una profesión. Los maestros de educación primaria en México. 1887-1994. México: CIDE.
Calvo, B. (1989). Educación normal y control político. México: CIESAS.
Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la Educación. (2005). Recuperado de: http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Diccionario%20enciclopedico% 20de%20Educacion.pdf
Quiroz Miranda, S. (2006). La Pedagogía Crítica: Lectura Renovada que Fortalece al Marxismo. III Conferencia Internacional, La Obra de Carlos Marx y los desafíos del Siglo XXI.
Reyes, R. y Zúñiga, R. M. (1995). Diagnóstico del subsistema de formación inicial. México: Fundación SNTE para la cultura del maestro mexicano.