El Yoga y sus beneficios para la salud
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Una de las actividades físicas más populares de las últimas décadas alrededor del mundo es el yoga. A pesar de ser una técnica milenaria para la salud y el equilibrio energético, en occidente tiene menos de dos décadas de ser una actividad popular. Este último carácter lo tiene debido a que celebridades y artistas lo han incorporado a su vida como parte de sus rutinas físicas y al descubrimiento de algunos, de sus propiedades integrales en el cuerpo y el espíritu.
El yoga se compone de tres elementos: la respiración (pranayama), las posturas físicas (ásanas) y la meditación. Estos tres componentes funcionan en secuencias integrales que mejoran significativamente el estado físico, psíquico y emocional de los practicantes (yoguis).
El pranayama debe unirse rítmicamente con la realización de posturas físicas para que el yogui pueda mantener de manera profunda o sostenida una posición que busca estirar el cuerpo, lubricar los músculos, tendones y articulaciones, de forma que el individuo que practica yoga, pueda mejorar sus condiciones de vida física, que a veces se ven perjudicadas por un exceso en ciertas circunstancias (pasar demasiado tiempo sentados en la oficina o en el coche durante el tráfico, mantenerse demasiado tiempo en estado sedentario frente a tiempos limitados para realizar actividad física, estrés derivado de una vida moderna agitada, demandante y cada vez más competida, entre otras cosas).
Las ásanas o posturas físicas, son decenas y tienen como finalidad estirar el cuerpo, mejorar la flexibilidad de las articulaciones, fortalecer los músculos y junto con la respiración, encuentran un ritmo tal durante la sesión de yoga, que aunque una 1:30 minutos parezca demasiado, los practicantes terminan rejuvenecidos y activos y con el paso del tiempo ven desaparecer malestares físicos que los aquejaban originariamente.
Por último, la meditación ayuda a los yoguis a centrar su atención en una suerte de vacío, los aleja del constante estrés y juicio frente a las exigencias de la vida cotidiana. No en todos los tipos de yoga se practica meditación, aunque de origen es la tercera parte del sistema integral que es el yoga. Dominar esta parte de la disciplina es la más difícil, ya que requiere que el practicante permanezca en una misma postura, sin pensar en nada y concentrado en su respiración, por periodos muy extensos de tiempo, claro que con el tiempo el yogui domina también esta circunstancia.
Por último es importante considerar que los estilos de yoga que se han popularizado en occidente son muchos y los nuevos practicantes deberían experimentar con algunos para encontrar cuál es la versión que mejor les funciona para sus propias condiciones de vida. Esta variedad abarca por ejemplo, hatha, ashtanga, kundalini, bikram y algunas variantes más que parten de estas modificando ya sea el número de posturas, las condiciones de realización o la mezcla entre los tres elementos y los principios que los sustentan. El reto está en intentarlo, los beneficios son enormes, la práctica constante es la muestra de ello.
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