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Mejora en la calidad de la toma del Papanicolaou: implementación de una estrategia educativa innovadora. Año 1. Número 1

11 min de lectura

Autor: Jesús Vega Chávez.

RESUMEN

El cáncer cervicouterino es un grave problema de salud pública en México, una de sus debilidades radica en la calidad de la toma del Papanicolaou,  la cual representa el área de oportunidad para la implementación de una estrategia educativa en los estudiantes de la Facultad de Medicina, dicha metodología se propone desde el Modelo Andromache, el cual pretende mejorar las competencias en materia de la detección oportuna de cáncer cérvico-uterino, específicamente en el procedimiento para la toma de las citologías cervicales. Sobre esta propuesta versa el presente artículo.

PALABRAS CLAVE:
Papanicolaou, cáncer, cervicouterino, estrategia, educativa, modelo, andromache.

INTRODUCCIÓN

En México, el cáncer cervicouterino representa un problema de salud pública que impacta en nuestra sociedad, es una de las causas de muerte en las mujeres, reflejándose en el núcleo básico de la célula social. Ello representa una de las amenazas para el éxito del Programa de Detección Oportuna de cáncer cervicouterino, dentro del cual se realiza una de las actividades más importantes para su logro, la toma de citología denominada Papanicolaou.

En esta actividad están involucrados diversos actores, el personal de salud encargado de realizar la toma de estas muestras, como los estudiantes de Medicina, los cuales, a lo largo de su preparación académica, reciben formación para esta actividad. Sin embargo, en la toma de citologías del Papanicolaou hay problemas, lo que dificulta un resultado confiable para el seguimiento de algún positivo efectivo.

Por lo tanto, se propone una estrategia innovadora con un enfoque constructivista donde el estudiante por medio de la sistematización de experiencias pueda retomar y reforzar dicha actividad, basándose en las competencias de la educación, su conocimiento, habilidades y actitudes.

De esta manera, se propone trabajar de acuerdo con el Modelo Andromache, que pretende mejorar las competencias en materia de detección oportuna de cáncer cérvico-uterino, específicamente en el procedimiento para la toma de las citologías cervicales. Al mismo tiempo representa la oportunidad para innovar los procesos de enseñanza-aprendizaje en la formación de Licenciados en Medicina que sean capaces de soslayar la problemática de salud en México.

DESARROLLO

De acuerdo con la NOM-014-SSA2 (NOM, 1994), en los procesos de salud-enfermedad se encuentra inmerso el personal de salud, con constantes avances y cambios en la atención al paciente, en pos de la calidad. Una atención caracterizada por su plenitud, oportunidad y sin riesgos, es lo que hace necesario una constante actualización y capacitación del personal de salud involucrado en la atención directa al paciente. De las diversas actividades del profesional de estas disciplinas una de las acciones es la implementación del Programa de Detección Oportuna de Cáncer Cervicouterino (DOCACU).

El Cáncer Cervicouterino (CACU) obedece a un cambio en las células que cubren las paredes del cuello uterino, abarcando la parte inferior de la matriz que va del útero a la vagina, o el canal de parto. Con un estimado de 530 000 nuevos casos en 2008, se vuelve el tercer tipo de cáncer femenino más frecuente y el séptimo en general, aun con la prueba de George Nicolás Papanicolaou, que en su técnica de escrutinio permite la fácil detección de esta neoplasia desde hace 50 años.

Más de 85% de los casos de cáncer cervicouterino en el mundo se producen en los países en desarrollo, donde representa 13% de todos los cánceres femeninos. Regiones de alto riesgo son África (ASR mayor que 22.1 por 100.000), Asia (11.3 por 100.000), Latinoamérica y el Caribe (ASR 15.3 por 100.000). “Las tasas más bajas son las de Asia Occidental, América del Norte y Australia y Nueva Zelanda (ASR menos del 6 por 100,000)” (World Health Organization, 2010).

El cáncer cervicouterino es un gran problema de salud a nivel mundial, lo cual invita a reflexionar sobre el impacto que se tiene en la dinámica familiar, siendo la familia la unidad básica en la estructura social humana, la repercusión que representa la ausencia de la madre en el núcleo familiar causada por un padecimiento prevenible por el DOCACU. En México es un problema de salud pública y de alto riesgo si se compara con los países industrializados que cuentan con programas organizados y eficientes de prevención y control, mismos que han logrado abatir su coexistencia (Salinas et al., 1997).

70.7% abarca la cobertura en las detecciones a nivel nacional, evidencia descubierta en el programa de prevención de CACU y que es insuficiente. Se complica con la calidad de la detección, determinada por tres indicadores: la calidad de la muestra, el control de calidad interno y el índice de positividad. Los factores observados que afectan la calidad de la lectura e interpretación de la misma son: material, equipo, insumos, áreas de trabajo y condiciones anticuadas, obsoletas, sin mantenimiento, de baja calidad, inadecuadas y deficientes, falta de cumplimiento de los lineamientos establecidos en el manual de citología y patología en cuanto a la revisión de la congruencia cito-colpo-histopatológica, formas de capacitación y control de calidad, así como deficiencias del personal (Salinas et al., 1997).

Acorde con el Programa de acción específico (2012), una de las líneas de investigación para resolver este problema es la mejora de la calidad de las citologías cervicales. En estudios recientes internacionales, nacionales y locales se han identificado problemas de capacitación en el personal de salud. Parte de este personal son los pasantes en servicio social y los estudiantes de las áreas de la salud que realizan sus prácticas en las instituciones públicas, por lo tanto, es de fundamental importancia que se refuercen los conocimientos y las habilidades en la realización de este procedimiento desde la etapa de formación como estudiantes de Medicina.

“Capacitación y currícula en calidad como parte de la formación de los profesionales de la salud, adquirir competencias que empaten en un cambio de actitud y aptitud” en el desempeño de sus funciones, promover y desarrollar la cultura de calidad y así coadyuvar a la implantación del Sistema Integral de Calidad en Salud; son acciones del Sistema Integral de Calidad en Salud, lo que implica la necesidad de capacitación del personal del área (Programa de acción específico 2007-2012, 2012).

De esta forma, se piensa en la formación de estudiantes de las diferentes licenciaturas que prepara al personal de salud (Medicina y Enfermería), quienes en un futuro serán los prestadores del servicio. Incrementando su desempeño a través de la implementación de una estrategia educativa que mejore sus habilidades en la aplicación de la técnica requerida.

Esta idea se basa en la Teoría de la Calidad de la Atención Médica propuesta por Donabedian (1992), específicamente en el mejoramiento de la efectividad técnica de la atención. Se aplicará una intervención educativa a partir de la implementación del modelo ‘Andromache’, que es la innovación de un proceso de enseñanza práctica que a su vez utiliza diversos enfoques como el de la sistematización de experiencias propuesta por Jara (2012) y el de las competencias profesionales de Irigoin y Vargas (2002).

Además, es importante determinar y evaluar el nivel de conocimientos sobre el tema, las habilidades técnicas, la capacitación previa y otros elementos como la orientación y comunicación con las pacientes, el manejo de los materiales propios para ejecutar esta técnica, así como el desenvolvimiento en general de los estudiantes.

Los resultados de este acercamiento permitirán establecer recomendaciones para las autoridades a fin de mejorar los procesos a través de la evaluación de un procedimiento que redundará en la mejora de las habilidades por medio de la enseñanza-aprendizaje con el objetivo de que los futuros profesionales de la salud logren insertarse con éxito en el campo laboral, específicamente en el Programa de DOCACU, ya que al mejorar la calidad de la toma de las citologías se tienen diagnósticos más precisos y con ello se eleva también la calidad que se brinda a las usuarias de este programa prioritario.

Lo anterior responde a lo dicho por López y Farfán (2011), “la Educación Basada en Competencias requiere de una nueva orientación educativa que dé respuesta a un contexto actual, el concepto de competencia, tal y como se entiende en la educación, resulta de las nuevas Teorías de cognición (inteligencias múltiples) y básicamente significa saberes de ejecución”.

En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior se concluyó que existe la necesidad del aprendizaje permanente y la construcción de competencias adecuadas para favorecer al desarrollo cultural, social y económico de la sociedad. Además, se resaltaron las tareas de la educación superior: el entrenamiento de personas altamente calificadas (la función de la educación), una generación con nuevos conocimientos (las funciones de la investigación), proporcionar servicios a la sociedad (la función social) y la función ética (UNESCO, 1998).

La práctica médica debe observar estos principios, puesto que la toma de citologías deficiente está inmersa en un problema de importancia y repercusión social, solucionable en el ámbito educativo y sus procesos formativos. Además se invita a indagar en sus procesos y repercusiones por medio de la investigación, para arrojar resultados que permitan impactar en el nivel social y repercutir en la salud de la población femenina, componente humano indispensable para la prevalencia de la especie humana.

De acuerdo con Pineda (2000):
“la formación teórico-práctica es una de las más importantes estrategias de desarrollo de recursos humanos que las organizaciones educativas universitarias tienen en sus manos, hasta el punto que, en un entorno cambiante y competitivo como el que nos rodea, la formación se convierte en factor de excelencia y en clave del éxito profesional. La formación permite la capacitación y el desarrollo de las personas que integran una organización para que ésta alcance sus objetivos, es decir, la formación es una herramienta estratégica para la empresa actual” (Pineda, 2000).

“El verbo construir proviene del latín struere, que significa ‘arreglar’ o ‘dar estructura’. El principio básico de esta teoría proviene justo de su significado. La idea central es que el aprendizaje humano se construye, que la mente de las personas elabora nuevos conocimientos a partir de la base de enseñanzas anteriores. El aprendizaje de los estudiantes debe ser activo, deben participar en actividades en lugar de permanecer de manera pasiva observando lo que se les explica” (López y Farfán, 2010).

Según Piaget (1978), las personas no comprenden ni aplican inmediatamente los conocimientos proporcionados. La necesidad “construye” su propio conocimiento a partir de la experiencia, la cual conduce a la creación de esquemas. Estos son modelos mentales que almacenamos, que van evolucionando (cambio, crecimiento y sofisticación) a través de dos procesos: la asimilación y el alojamiento. Por lo tanto, exponer con una estrategia educativa innovadora a los educandos en la adquisición de los elementos para la toma del Papanicolaou utilizando las tecnologías, resultaría en un impacto que marque en los futuros profesionales de la salud una experiencia que difícilmente se olvidaría.

“Las computadoras brindan un medio apropiado y creativo para que los estudiantes adquieran, expresen y demuestren nuevos conocimientos”, desde el punto de vista del investigador para apoyar el aprendizaje constructivista (Red Latinoamericana de Tecnología Educativa, 2003). Las estrategias educativas proyectadas en programas computaciones son una clara muestra de la transformación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) a Tecnologías para el Aprendizaje y Conocimiento (TAC), y que de alguna manera tornaría interesante el proceso enseñanza-aprendizaje de los educandos en los diferentes espacios y ámbitos educativos.

Respecto a la Estrategia Educativa Andromache®, su objetivo es mejorar las competencias en materia de la Detección Oportuna de Cáncer Cérvico-uterino, específicamente en el procedimiento para la toma de las citologías cervicales. El cual implica aplicar un modelo de sistematización de experiencias para la planeación e implementación de la estrategia educativa integral, implementar un curso integral bajo la modalidad teórico-práctica de carácter innovador centrando el aprendizaje en el estudiante y evaluando las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes), adquiridas después de la implementación del Modelo Andromache.

Por lo anterior, se hace necesario retomar los conceptos de competencias, desde dos vertientes; la laboral y educativa, la primera competencia indica; “la construcción social de aprendizajes significativos y útiles para el desempeño productivo en una situación real de trabajo que se obtiene no sólo a través de la instrucción, sino también –y en gran medida– mediante el aprendizaje por experiencia en situaciones concretas de trabajo” (Ducci, 1997). Y la competencia educativa es “la capacidad para actuar con eficiencia, eficacia y satisfacción sobre algún aspecto de la realidad personal, social, natural o simbólica”. Cada competencia es así entendida como la integración de tres tipos de saberes: “conceptual (saber), procedimental (saber hacer) y actitudinal (ser). Son aprendizajes integradores que involucran la reflexión sobre el propio proceso de aprendizaje (metacognición)” (Pinto, 1995).

Finalmente, trabajar en los estudiantes las competencias necesarias para la realización de este procedimiento, desde los conceptos, los procesos y las actitudes, permitirá formar profesionales de la salud capaces de responder a un ambiente transicional, debido a la construcción de sus propios esquemas mentales que evolucionen a una praxis más efectiva y que permitan impactar en los resultados de las tomas de citologías, con la innovación de la estrategia educativa puesta en marcha con el Modelo Andromache.

CONCLUSIONES

En todos los contextos se habla de las capacidades que los egresados deben dominar al concluir sus estudios. Así mismo, una vinculación exitosa entre la teoría y la práctica que optimice las perspectivas teórico-metodológicas para lograr una mejor formación de profesionales y responder a las demandas de los contextos ocupacionales. En tanto las necesidades de aprendizaje son determinadas por las demandas laborales, es decir, el ambiente externo siempre influye en el ambiente interno, ante la imperiosa necesidad de ajustarse a los cambios de la sociedad y la manera de comportarse y adaptarse a los procesos de salud-enfermedad, en este caso.

No se debe olvidar, que se deben romper los viejos tradicionalismos en la educación, sobre todo en la formación de tomadores de muestras de Papanicolaou. Sólo por el hecho de tratarse de una actividad donde impera la calidez en el trato humano, el personal de salud debe, desde su formación, estar inmerso en un clima educativo humano-constructivista, lo que permitiría traducirse en una atención perfilada por el mismo tenor.

Por último, de resultar favorable esta propuesta educativa, ayudaría en la transformación de los programas educativos de las diferentes escuelas y facultades de Medicina y Enfermería, para egresar profesionales competentes en esta actividad tan específica e importante para el logro del Programa de Detección Oportuna de Cáncer Cervicouterino.

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