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Experiencias en los posgrados en Educación en México. Año 2. Número 6

13 min de lectura

RESUMEN

Autor: Ana María Mata Pérez.

Los posgrados en Educación en México han transitado por diferentes etapas en respuesta a las necesidades planteadas por la política educativa nacional, la función sustantiva de los posgrados es formar investigadores altamente capacitados que aporten al desarrollo del país.

Las instituciones de Educación Superior que ofrecen posgrados enfrentan un fuerte compromiso y requieren de una evaluación constante de sus procesos.

PALABRAS CLAVE: Educación superior, posgrado, profesionalización docente, investigación educativa.

INTRODUCCIÓN
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el documento Política para el cambio y el desarrollo de la Educación Superior (1995), reconoce la crisis en la que ésta se encuentra específicamente en los países en desarrollo. Entre las recomendaciones que plantea, enfatiza las funciones de docencia e investigación como elementos primordiales para elevar la calidad educativa.

En la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), se señala a la Educación Superior como premisa para el desarrollo económico, social y cultural de las naciones, concluyendo que es la “base fundamental para la construcción de una sociedad del conocimiento inclusiva y diversa, y para el progreso de la investigación” (UNESCO, 2009).

Desde este escenario internacional, la Educación Superior y de manera particular el nivel de Posgrado en México, ha sido objeto de creciente influencia de la globalización frente a la necesidad de desarrollar la ciencia y la tecnología, y de contar con recursos humanos altamente calificados capaces de actuar competitivamente ante los profesionales y expertos de otros países.

Para responder a los requerimientos de la política internacional, México integra en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 una serie de acciones con el fin de fortalecer el perfil y desempeño del personal académico adscrito a las Instituciones de Educación Superior (IES), tres puntos específicos de este Plan son los programas encaminados a promover la incorporación de los docentes a estudios de Posgrado, la formación y fortalecimiento de cuerpos académicos, así como el trabajo en redes de investigación.

Siguiendo la política planteada que le antecede, en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2013-2018 se establece como una meta tener un México con Educación de Calidad para lo que se propone “incentivar una mayor y más efectiva inversión en ciencia y tecnología que alimente el desarrollo del capital humano nacional, así como la capacidad para generar productos y servicios con un alto valor agregado” (PND, 2013).

En este mismo documento se reconoce al Posgrado como la vía principal para formar profesionales altamente especializados que México requiere y se asume la necesidad de impulsarlo como “un factor para el desarrollo de la investigación científica, la innovación tecnológica y la competitividad que requiere el país para una inserción eficiente en la sociedad de la información” (PND, 2013).

DESARROLLO
La Educación Superior en el contexto mexicano
Un elemento fundamental, en lo que se refiere a política educativa en Educación Superior en México, es el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) creado en 1970 con el objetivo de impulsar la ciencia y la tecnología y fortalecer el desarrollo nacional, con su nacimiento, las IES cobran relevancia en el cumplimiento de funciones sustantivas de generación de conocimiento, docencia y difusión de la cultura debido a que el organismo promueve la generación y aplicación de conocimientos a través de programas diversos y de asignación de becas.

En la década del nacimiento del CONACYT se aumentaron y diversificaron las IES; Valenti y Flores (2010) mencionan que la inversión realizada para el crecimiento y creación de centros de investigación y universidades públicas en la década de 1970 se motivó en función de reconocer la necesidad que se tenía como país de contar con programas y posgraduados que profesionalizaran a un creciente número de docentes universitarios necesarios para atender las licenciaturas en aumento constante.

Este crecimiento en las licenciaturas originó la necesidad de ocupar profesionales que no contaban con formación de Posgrado, según datos proporcionados por Kent (1993), citado en Valenti y Flores (2010), en 1970 cerca de 24,000 profesores enseñaban en las universidades y la mayoría de ellos no eran profesionistas académicos ni tenían formación de Posgrado. Tanto las universidades como el programa de becas de CONACYT fueron fundamentales en la tarea de profesionalizar académicamente los cuadros de docentes de las universidades a través de los estudios de Posgrado.

En la década de 1990, las limitaciones vividas en las IES en México se hicieron más evidentes ante la propuesta de política económica firmada en el Tratado de Libre Comercio (TLC) y los procesos de globalización y competitividad dado que el conocimiento “se materializa como mercancía y se convierte en propiedad intelectual y ésta es cada vez más importante en la producción de servicios y productos sofisticados” (Aboites, 2007).

Ante el escenario que presentaba la Educación Superior, la necesidad de mejorar la calidad y dar respuesta a las demandas de la globalización, se generaron en la década de 1990 diversos organismos de evaluación, considerando evaluación y calidad como elementos concatenados, debido a que “existían inercias que afectaban la productividad científica y la actualización y pertinencia de la formación en los niveles de licenciatura y posgrado” (Valenti y Flores, 2010).

Estos organismos se orientaron a evaluar a las instituciones, los programas y los académicos, entre ellos el Fondo para la Modernización de la Educación Superior (FOMES) en 1990, los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES) en 1991, y el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (CENEVAL) en 1994.

La Educación Superior: El Posgrado

El Posgrado es un campo reciente en la Educación Superior en México, subordinado a las políticas de desarrollo de la Educación Superior y promovido por las instancias respectivas como la Secretaría de Educación Pública, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la Coordinación para la Planeación de la Educación Superior (CONPES), la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica (SESIC) y, específicamente, en el nivel de Posgrado, el CONACYT.

Hablar de Posgrado e investigación es hablar de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que son las dos instituciones de Educación Superior en México que iniciaron con la creación de estudios de Posgrado, así como del nacimiento del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV) del IPN en 1961, el cual fue determinante para conjugar la investigación con el Posgrado.

Es hasta 1970 que la ANUIES, en su asamblea general, acuerda impulsar los estudios de Posgrado otorgando becas para los profesores de las instituciones de Educación Superior con el fin de realizar estudios de Posgrado en el país o en el extranjero, esta acción fue un factor importante en la consolidación de los posgrados en el país (Arredondo, Pérez y Morán, 2006).

En función de la política internacional, México se encontró con la necesidad de dar respuesta a varias demandas, entre las más destacadas se puede citar la necesidad de profesionalizar a los docentes de Educación Media Superior y Superior debido a que su formación inicial era ajena al campo docente; capacitar en el campo de la gestión a los directivos y personal dedicado a la administración educativa y fortalecer la formación de los egresados de las licenciaturas del campo educativo.

Ante este escenario los posgrados mostraron un crecimiento acelerado. Mientras que en 1970 se tenían 200 programas de Posgrado, de los cuales 167 eran ofertados por la UNAM, entre 1980 y 1990 el número casi se duplicó, el porcentaje de incremento fue del 92%, creciendo de 879 programas a 1686; pero además se diversificaron las instituciones que los ofertan, para el 2011 había un total de 2026 instituciones que ofrecían estudios de Posgrado de acuerdo a los datos presentados por la Secretaría de Educación Pública (Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos, 2012).

Según ANUIES (2004), en 1990, casi 46 000 alumnos constituían la matrícula del nivel de estudios de Posgrado, para finales de la década se incrementó en más del doble (poco más de 72 000 nuevos alumnos), hasta llegar a la cifra de 118 099 estudiantes en 1999. En 2011, la matrícula se constituyó por 228 941 alumnos (Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos, 2012).

La profesionalización docente y los posgrados en Educación
Los posgrados que han presentado mayor crecimiento son los del área educativa, de acuerdo a Moreno (2002) mientras la población del Posgrado en México se triplicó en la década 1990-2000, la de los posgrados en Educación se cuadruplicó, su expansión se caracteriza por ser reactiva ante las políticas de calidad, eficiencia y equidad.

Maya (2007) identifica cuatro tendencias en los posgrados orientados al magisterio, durante el periodo comprendido entre 1977-1997 menciona que las Maestrías se orientaban a la especialización en un campo disciplinario, las condiciones que favorecieron su apertura fueron determinadas por la reforma a la Ley Federal de Educación en 1992 dado que en su artículo 18 incorporaba a la Educación Normal al nivel superior, iniciando un periodo de apertura de Maestrías ofertadas por las Escuelas Normales Superiores.

En el periodo comprendido de 1980 al 2000 indica Maya que las universidades públicas y privadas se incorporaron al crecimiento de los posgrados y ofertaron especialidades y Maestrías orientadas a la Pedagogía y a las Ciencias de la Educación. Es también en este periodo cuando surgen instituciones privadas que ofrecen estudios de Posgrado, un rasgo distintivo de esta etapa son las Maestrías impartidas por Cuba a partir de la relación establecida entre el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el Ministerio de Educación en Cuba.

De 1992 a 1999, y en función de la creación de la Licenciatura en Educación durante 1984, que proponía la formación del docente investigador; el énfasis de las maestrías estuvo en la investigación con el propósito de formar a los profesores investigadores de las Instituciones de Educación Superior. Otro factor que influyó en la creación de este tipo de maestrías de acuerdo al COMIE (2003) fue “el tránsito de investigadores educativos a puestos de decisión política nacional y estatal”.

Las maestrías profesionalizantes y campos emergentes son ubicados por Maya (2007) en un periodo de 1980 al 2000 en el contexto del Programa para la Modernización Educativa 1988-1994 (PME), donde se reconoce a la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) como la instancia líder en el desarrollo de programas de Posgrado señalando explícitamente que “la UPN será la instancia académica en la que se apoye la Secretaría de Educación Pública para la realización de sus funciones” (PME, 1989). Al mismo tiempo, las Escuelas Normales se transforman para fortalecerse y consolidarse como instituciones de Educación Superior en aspectos de docencia, investigación y difusión de la cultura (Ávalos, 2008).

En función de la diversidad de la oferta, los demandantes de los posgrados en Educación son docentes de Educación Básica en busca de una alternativa de superación; formadores de docentes que inmersos en la política de evaluación a las instituciones de Educación Superior, buscan una oportunidad para alcanzar mayores puntajes y por ende mejoras salariales; docentes de Educación Media Superior y Superior formados en diversas disciplinas, que buscan profesionalizar su labor docente y profesionales de la Educación que aspiran a ser investigadores educativos.

El caso Universidad Tangamanga (UTAN), su Modelo Educativo
Uno de los retos que enfrentan los posgrados en México es aumentar el número de titulados, de acuerdo a los datos obtenidos en el anuario estadístico de ANUIES 2003, casi la mitad de los egresados de Posgrado no logran titularse. Gallegos, al referirse a la problemática actual de los posgrados en México menciona que “un problema grave es la baja o nula titulación en los programas” (Gallegos, s/f), aunado a factores como la falta de una planta docente consolidada y a la carencia de infraestructura.

La Universidad Tangamanga (UTAN) con pleno conocimiento de los retos que enfrenta el Posgrado en México y comprendiendo que:

La calidad de un posgrado en educación no depende del tipo de institución que lo ofrece, de la población objetivo que atiende o de la función educativa para la que forma, sino de un diseño curricular con un buen nivel de congruencia interna, con objetivos alcanzables y una forma de operación totalmente coherentes con su propósito principal, a cargo de plantas académicas consolidadas y con apoyo en una infraestructura suficiente y actualizada (Moreno, 2002).

Establece como propósitos del programa de Posgrado, la formación y desarrollo de la ciencia y la técnica a través de la aplicación de un modelo metodológico investigativo donde los trabajos de investigación que se realicen respondan a las necesidades sociales del Estado, propone en el modelo, la divulgación de la producción científica a través de la participación en foros nacionales e internacionales favoreciendo el desarrollo de competencias investigativas en el alumno con el docente como asesor del trabajo científico.

En esta orientación de congruencia promueve que las investigaciones que se realicen permitan mejorar la calidad educativa de las diversas instituciones donde se desarrollan, comprendiendo que la investigación educativa es “la práctica que hace posible la reflexión sobre la docencia para su permanente mejora” (López, 2010).

Pone al servicio del estudiante una diversidad de recursos como la plataforma virtual moodle que facilita el contacto permanente entre el asesor y el estudiante, un biblioteca virtual donde se cuenta con una importante cantidad de textos de diversas temáticas, una base de datos EBSCO y revistas donde los estudiantes participan con publicaciones de sus avances de investigación.

Se sostiene en una planta académica consolidada que acumula experiencia en la docencia, la investigación y la producción, los académicos son actualizados de manera permanente en temas emergentes, en el uso de la tecnología y en el campo de la investigación.

El modelo está centrado en el humanismo, la filosofía de la UTAN es “Antes que la investigación y el conocimiento está el ser humano”, este pensamiento es pieza clave para el éxito del programa donde un indicador es el porcentaje de titulación que en la Maestría en docencia en Educación Superior registró durante 2010–2011 más del 64% de titulados en relación con el número de egresados.

CONCLUSIONES
Frente a las exigencias del mundo globalizado, México ha tomado plena consciencia de la necesidad de actuar en el terreno educativo en diferentes planos, uno fundamental es la profesionalización de los docentes de todos los niveles; específicamente en la Educación Superior la actualización y superación profesional se convierten en algo cotidiano debido a la responsabilidad de las instituciones de ser generadoras de conocimiento.

Las Instituciones de Educación Superior están obligadas a apoyar para que el país pueda incrementar la investigación que facilite la transformación de la realidad educativa y propicie el desarrollo del país, para ello se requiere que los posgrados, sin importar su orientación, promuevan el desarrollo de habilidades investigativas en el estudiantado.

Uno de los retos de suma importancia a enfrentar en el terreno de la formación para la investigación, es la orientación centrada en la enseñanza de la metodología de investigación, y por lo tanto orientada a aspectos teóricos conceptuales.

Para desarrollar habilidades investigativas se necesita algo más que teoría, dado que a investigar se aprende investigando, y es precisamente esta parte práctica de la que se carece en la mayoría de los espacios dedicados a trabajar la metodología de la investigación.

Un campo propicio para el crecimiento y aprendizaje en la formación de recursos humanos de alto nivel con capacidades y habilidades para hacer, es la participación de los estudiantes de Posgrado en diversos foros estatales, nacionales e internacionales en función de enriquecer la experiencia a partir del intercambio entre pares.

Las Instituciones de Educación Superior necesitan orientar y unir esfuerzos para generar y promover espacios donde los estudiantes de Posgrado puedan intercambiar y enriquecer sus conocimientos en el campo de la investigación educativa, estos espacios de colaboración permiten al mismo tiempo fortalecer las competencias investigativas de los propios docentes.

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