<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=186146087706618&amp;noscript=1"> Dian Fossey

Dian Fossey

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El pasado 16 de enero Dian Fossey hubiera cumplido 85 años. Es probable que su nombre no te suene familiar, ella escribió el libro en el que se basó la película Gorilas en la niebla (1988). Fossey nació en Estados Unidos en 1932 y trabajó como terapeuta ocupacional de niños. Después de viajar a África y estar en contacto con los gorilas de montaña, decidió vivir en el Congo para estudiar el comportamiento de estos animales y sobre todo para favorecer la conservación de la especie que se encontraba (y se encuentra aún) amenazada por los cazadores.

Debido a la guerra civil por la que pasaba aquel país, cambió su lugar de residencia a Ruanda en donde continuo con su trabajo, mismo que le valió el reconocimiento internacional. Su labor no era bien recibida por todos debido a que se oponía a los intereses económicos de algunos grupos, esto parece haber llevado a que el 26 de diciembre de 1985 fuera trágicamente asesinada en su casa, dentro de la reserva en la que trabajaba.

El trabajo de Fossey, como el de otros conservacionistas nos lleva a cuestionarnos sobre la relación que establecemos con las demás especies animales con las que compartimos la Tierra. Una de las preguntas más importantes que viene a mi mente es: ¿tenemos derecho a usar a las demás especies en nuestro beneficio?

Si ya viste o tienes oportunidad de ver la película podrás darte cuenta que parte del problema con la caza de los gorilas es el deseo de algunas personas por tener en sus casas partes de los cuerpos de estos animales, así como exhibirlos en zoológicos. Y la cuestión es: ¿nosotros tenemos ese derecho?, podemos apartar a las crías de sus madres, apartar a los animales de su hábitat y mantenerlos en cautiverio para nuestra recreación y aprendizaje. Aunque en general la respuesta será no, no tenemos ese derecho.

Resulta entonces que la responsabilidad sobre el cuidado de los animales está en manos de todos, independientemente del lugar en el que vivimos. No compremos especies protegidas, consumamos de manera responsable, ya que el consumo impacta de manera directa e indirecta al ambiente y a los ecosistemas. Pensemos en el derecho a la vida y a la libertad de todos los seres que habitamos el planeta.

 

Por Rosa Helena Díaz.

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Referencia de la imagen:

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