Sistema penal acusatorio: ¿cómo funciona y por qué es tan interesante?
Sistema penal
En el mundo de las leyes, el sistema penal acusatorio es aquel que promueve que las partes involucradas (la Fiscalía y la defensa) se enfrenten en una corte o proceso jurídico con igualdad de oportunidades.
Lógicamente, para que se cumpla esta premisa, es importante que los jueces sean imparciales y tomen sus decisiones con base en argumentos y pruebas objetivas.
Al ser la columna vertebral de la rama penal del derecho, el sistema penal acusatorio tiene como función regular la capacidad punitiva del Estado y, a la vez, garantizar el cumplimiento de las leyes y la justicia.
En México, un nuevo sistema penal acusatorio entró en vigencia el 18 de junio de 2016, luego de 8 años de labores y ajustes para dar cumplimiento a la reforma constitucional de 2008.
En esta reforma se aprobó un cambio en la estructura penal de la nación contemplando innovaciones interesantes y ampliando las alternativas de solución de conflictos.
Para que comprendas mejor el sistema penal acusatorio vigente en México y los aspectos que lo hacen interesante, en las próximas líneas detallaremos su funcionamiento y premisas, tomando como referencia información oficial compartida por el Gobierno Federal en su plataforma web.
¡Sigue leyendo!
¿Cómo funciona el sistema penal acusatorio?
El sistema penal acusatorio es un ejemplo de lo importante que resulta la licenciatura en Derecho para las sociedades y los avances que ésta promueve.
Gracias a aportes de abogados y juristas, se establecen parámetros sólidos para conducir los procesos legales y enaltecer la justicia como un valor indispensable en todo país.
En el caso de este sistema, los expertos fijaron 2 mecanismos para iniciar una acusación penal siguiendo el debido proceso. Estos son:
Denuncia o querella
Muchas personas piensan que querella y denuncia simplemente son términos distintos para hacer referencia a un mismo tipo de declaración acusatoria, pero la realidad es que son conceptos diferentes.
Una denuncia es una declaración realizada por una persona ante un ministerio, juzgado o cuerpo policial y de seguridad, con relación a hechos o situaciones que considera delitos.
En México, como en muchas otras naciones, la denuncia se considera un deber a cumplir por todo ciudadano mayor de edad que haya percibido o tenga conocimiento sobre una infracción a la ley, salvo ciertas excepciones (como cónyuges del presunto delincuente).
Mientras tanto, la querella es un acto formal en el que una persona pone en conocimiento de las autoridades un hecho delictivo y, además, expresa su voluntad de ser parte del proceso acusatorio e investigativo.
Incluso, como parte de una querella puede solicitarse a los jueces y autoridades las averiguaciones y procesos que conviene practicar en el caso.
Para que esta declaración sea recibida por las autoridades (lo cual no garantiza el cumplimiento de las exigencias y sugerencias de la misma), es obligatorio que exista la intervención y aval de un abogado.
Detención en flagrancia
En el ámbito jurídico, un delito flagrante es aquel que se ejecuta justo en el momento de su detección o descubrimiento, lo cual representa una clara ventaja para la parte acusatoria del proceso penal.
Sin embargo, esto no significa que las personas descubiertas o sorprendidas en flagrancia vayan a ser condenadas de forma inmediata.
Siguiendo los parámetros universales de los derechos humanos impulsados por la Organización de Naciones Unidas (ONU), la legislación mexicana respeta conceptualmente los principios de la presunción de inocencia y el debido proceso.
Es por ello que el caso no termina hasta la audiencia de exposición de sentencia, en la cual el juez señala si el imputado es efectivamente responsable del delito y merece una determinada condena.
Lógicamente, cuando el proceso comienza con la detención en flagrancia, las etapas del sistema penal acusatorio suelen cumplirse mucho más rápido, ya que se cuentan con sólidas pruebas desde el inicio.
Además, aunque el acusado tenga derecho a manifestar sus argumentos y defender una hipotética inocencia, puede permanecer detenido durante el proceso o verse afectado por diversas restricciones, como la prohibición de salida del país o acercarse a una determinada persona.
Una vez se suscita el proceso acusatorio, este debe seguir 3 pasos hasta su resolución, a menos de que se negocie o acuerde una salida alternativa (la cual explicaremos más adelante).
Estas etapas del sistema penal acusatorio mexicano vigente son:
1. Investigación
Esta etapa es clave en la determinación de la existencia probable de un delito y la identificación de la persona que lo cometió.
Esta investigación es liderada por el Ministerio Público, en conjunto con el cuerpo policial que tenga competencia en el caso.
Además, de acuerdo a las estipulaciones del nuevo sistema penal acusatorio, cada una de las etapas debe ser supervisada por un juez distinto.
En el caso de la investigación, se requiere el seguimiento de un juez de control, quien debe garantizar el cumplimiento del debido proceso y la obtención de datos fieles y suficientes sobre la participación de una determinada persona en el delito imputado.
En caso de recolectarse pruebas e informaciones de peso, el juez puede autorizar al Ministerio Público a llevar a cabo una acusación formal y llevar la persona implicada a juicio.
Mientras llega el momento del juicio, este juez de control tiene la potestad de dictar medidas cautelares al implicado con la finalidad de evitar que obstaculice la investigación, se fugue o cause mayores daños a la presunta víctima.
En caso de que el acusado rompa estas medidas cautelares, nuevos delitos y agravantes se sumarán al caso, lo que puede afectarle negativamente al momento del juicio.
2. Intermedia
En esta etapa, el Ministerio Público ya habrá tomado su decisión de presentar pruebas ante un juez, por lo cual necesita preparar su postura y argumentos.
Para ello se necesita definir una lista de testigos, peritos o expertos que declaren en el juicio para sustentar la culpabilidad de la persona imputada.
También, en la etapa intermedia el juez de control asignado recibe las pruebas e impresiones del acusado y la presunta víctima. Éstas pueden presentarse tanto por ellos mismos como a través de un abogado, lo cual siempre es más recomendable.
Una vez que tenga en sus manos toda esta información, el juez evalúa de forma profunda y determina qué cosas serán tomadas en cuenta y cuáles no.
Esto sirve como una especie de filtro antes del posible juicio, garantizando que en éste solamente se debatan elementos sólidos, reales y de peso dentro del proceso penal.
Durante la etapa intermedia, en caso de que se trate de un delito menor, se pueden proponer salidas alternas a los casos que brinden la posibilidad de solucionar el conflicto rápidamente y con el menor daño posible para ambas partes, sin que sea necesario llegar a juicio.
Es importante destacar que la persona clave en el proceso de mediación es aquella que se considera como víctima. Si ésta no acepta las condiciones de la negociación o no está dispuesta a explorar alternativas, el proceso tiene que avanzar a la tercera y última etapa.
3. Juicio oral
El sistema penal acusatorio mexicano, como cualquier otro, tiene que llevar a los casos hacia un desenlace. Es allí cuando entra en juego el clásico juicio oral practicado desde la época del Imperio romano (con condiciones muy distintas a las actuales, por supuesto).
Se trata de una audiencia pública en la actual el acusador (en este caso el Ministerio Público) y el acusado y su defensa debaten sus posturas y presentan pruebas, argumentos e impresiones ante el juzgado.
Específicamente, estos procesos se desarrollan ante un Tribunal de Enjuiciamiento, que está integrado por 1 o 3 jueces, dependiendo de lo estipulado por la entidad federativa donde se desarrolla.
En un juicio oral, el juzgado debe escuchar y valorar las pruebas y percepciones de ambas partes de forma objetiva, aunque puede desestimar y sancionar actitudes y prácticas de algunas de ellas.
Luego de este proceso y debate, el o los jueces podrán tomar la decisión en relación con la culpabilidad o inocencia del imputado, la cual debe ser leída explícitamente ante todos los presentes.
En caso de ser hallado culpable, el acusado tendrá que empezar a cumplir su sentencia o castigo de manera inmediata, aunque la ley le otorgue el derecho de presentar recursos jurídicos en el futuro para intentar reducir o eliminar los mismos; esto, a través de profesionales de derecho privado.
Si la situación es contraria, es decir, si el acusado es considerado inocente, quedará absuelto de medidas cautelares y podrá recobrar su vida cotidiana, pero de todas formas la presunta víctima tendrá derecho a hacer apelaciones en el futuro.
Este tipo de apelaciones o recursos de cualquiera de las partes involucradas, pueden ser desestimadas inmediatamente por las autoridades en caso de que no tengan sustento jurídico o demuestren algún fallo en la decisión tomada.
¡Bien! Ahora que conoces las etapas del sistema penal acusatorio mexicano, llegó el momento de hablar de las salidas alternas de solución de conflictos contempladas en la legislación vigente, que representan una innovación interesante en el sistema de justicia de la nación y pueden permitir que no sea necesario llegar al juicio.
Esta clase de salidas sólo aplican cuando los presuntos delitos son menores, es decir, que no conllevan cárcel necesariamente, y es posible absolverlos si hay reparación de daños y acuerdos.
¡Veamos de qué tratan estas alternativas de resolución!
Criterio de oportunidad
Este criterio consiste en no acusar al imputado ante la instancia judicial cuando éste se comprometa a reparar su daño o la víctima no manifieste interés en llevar el proceso hasta el juicio oral.
Por ejemplo, el Ministerio Público puede optar por esta alternativa de resolución cuando la afectación a la víctima y la sociedad en general sea mínima y, también, si el inculpado recibió un daño grave, patrimonial, físico o moral durante el hecho delictivo.
Por otro lado, puede aplicarse cuando el inculpado contribuya con la investigación de un hecho delictivo más grave que el cometido por él.
Justicia alternativa
En el sistema legal acusatorio no hay alternativas ajenas a la justicia, pero dentro de la justicia sí hay diferentes alternativas.
¿Comprendes? Sí, parece un trabalenguas, pero ya verás que tiene mucho sentido.
La justicia alternativa es un método en el que, simplemente, las partes llegan a un acuerdo, con el apoyo de especialistas en conciliación y mediación.
De esta forma no es necesario cumplir con todo el proceso penal tradicional, pero de igual manera se garantiza que la víctima no se sienta menospreciada ni desestimada por las autoridades.
Para optar por esta vía, el sistema penal acusatorio toma en cuenta 2 consideraciones clave.
La primera es que el acusado no haya llegado a acuerdos similares anteriormente, para así prevenir abusos y aprovechamiento reiterado de este beneficio.
La segunda es que no puede llegarse a acuerdos entre partes cuando el hecho delictivo es de interés público o atenta contra la seguridad nacional, o en delitos graves como extorsión, homicidio y violación.
Suspensión condicional del proceso
Esta suspensión del proceso sólo puede realizarse si el juez de control de la etapa intermedia lo aprueba, al igual que la víctima. Para ello, el acusado debe aceptar su culpabilidad, comprometerse a reparar el daño causado y cumplir con condiciones que establezca la ley.
Además, sólo puede aplicarse esta salida si la persona cometió un delito no grave por prima vez y no tiene ningún antecedente penal.
Proceso abreviado
Se trata de una oportunidad que se le otorga al imputado de aceptar su responsabilidad y evitar un juicio extenso que conlleve desgasto emocional y esfuerzos económicos en la víctima.
A cambio de esto, el acusado puede recibir una pena ligeramente menor a la contemplada en la ley, en caso de que no exista una oposición razonable de la víctima y ésta vea reparado los daños que sufrió.
¡Listo! Ya sabes cómo funciona el sistema penal acusatorio, lo que además demuestra la importancia de los profesionales del Derecho para el fortalecimiento de la justicia y la resolución de conflictos.
Y es que una de las grandes ventajas de estudiar la licenciatura en Derecho es que adquirirás habilidades y conocimientos en mediación y negociación, que permitan hacer cumplir la ley y reparar daños en el menor tiempo posible.
¿Te pareció interesante este contenido? Si quieres saber más sobre el sistema penal acusatorio de México o la carrera de Derecho, ¡déjanos un comentario!
Escrito por Aliat
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