<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=186146087706618&amp;noscript=1"> ¡Juventud, divino tesoro!

¡Juventud, divino tesoro!

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Es el primer pensamiento al darnos cuenta que nuestros hijos están en los dulces XV años, además de que se encuentran emigrando al bachillerato, el cual es el último empujoncito del que depende su vida universitaria y su posterior vida laboral (la que les dará el sustento para sobrevivir el resto de sus vidas); ¡qué miedo!

Miedo, ¿por qué? Porque en este nivel de educación se descubre la verdadera vocación, o al menos eso suele ocurrir. Y la vocación permitirá ganarse la vida de forma placentera. La vocación no es la profesión pero sí se vincula con la pasión para desarrollar un trabajo exitoso y garantiza la satisfacción de la persona que lo realiza, porque no hay nada mejor que dedicarse a lo que se ama.

La vocación no nace un día sin más, se logra al potenciar intereses personales, al desarrollar habilidades productivas y especializadas, al tener buenos ejemplos a seguir. Y este camino hacia el descubrimiento de la vocación es el que los docentes de Aliat Universidades recorremos al acompañar a sus hijos, al ser sus mentores y orientadores.

Este camino lo transitamos eligiendo una preparatoria de calidad, donde se imparta una educación de vanguardia, novedosa, impulsora, no basada en la memorización sino en la práctica. Donde el alumno aplique lo aprendido a la vida real. Esta enseñanza en Aliat está acompañada de la intervención tecnológica, por medio de plataformas digitales, que durante esta pandemia han resultado una herramienta fundamental para mantener la educación a distancia con nuestros bachilleres.

Por su parte, nuestros docentes se han adaptado e inspiran a diez mil kilómetros de distancia, porque es lo que se requiere en esta nueva modalidad educativa. El bachillerato de Aliat cuenta con materias extracurriculares las cuales ayudarán en la vida cotidiana de los adolescentes, las cuales permiten a los docentes, a partir de experiencias, enseñar cómo administrar los gastos, el tiempo, aprender la importancia de la contabilidad, o a cocinar, todo para formarlo como un bachiller independiente y capaz.

Por ejemplo, un estudiante de bachillerato aprenderá a cuidar su cuerpo por medio de una buena nutrición, a cuida a los demás por medio de un buen manejo higiénico en la elaboración de platillos (si su especializa en gastronomía), así como lo idóneo de una buena higiene personal para ser un buen anfitrión (con reglas de etiquetas adecuadas). Todo esto puede aprenderse en una preparatoria de Aliat Universidades, como las de la marca Universidad del Valle del Grijalva (UVG), donde esperamos que cada estudiante se inspire para encontrar y formar su destino, desde su satisfacción personal, desde el descubrimiento de su vocación.

Nunca olvidemos que el mundo está en constante movimiento y cambio, como cada sociedad y cada persona. Por esto, en UVG estamos atentos a los cambios globales y regionales para adaptarnos y ofrecer los mejores servicios educativos, a los docentes más capacitados y preparados y el mejor modelo educativo fácilmente adaptable a las necesidades de cada alumno, sin importar si hoy seguimos encerrados o para cuando volvamos a estudiar en nuestras aulas presenciales. Nuestro compromiso es tratar de inspirar y ayudar a tu hijo a descubrir su vocación con ayuda de lo que somos como institución.

Por Angélica Muñoz Argüello.
Docente de Bachillerato, UVG, Tapachula.

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